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Bellido (TSJA) tacha de "graves y muy desafortunadas" las palabras de Repollés sobre los jueces
El presidente del alto tribunal niega un enfrentamiento con la DGA, subraya que las decisiones responden a "criterios jurídicos" y enmarca las declaraciones de la consejera en un contexto de "gran tensión" por la pandemia.
El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, Manuel Bellido, ha calificado de "graves y muy desafortunadas" las declaraciones de la consejera de Sanidad, Sira Repollés, en la entrevista publicada este domingo por HERALDO en la que sostiene que las resoluciones judiciales en contra de las restricciones responden a "motivaciones ideológicas". "Estas declaraciones perjudican gravemente la confianza que los ciudadanos tienen en el Poder Judicial y, por ende, en el conjunto de las instituciones de nuestra democracia", señala en un comunicado en el que niega la existencia de un "enfrentamiento" institucional y en la que reitera que las decisiones judiciales responden a "criterios jurídicos", ha indicado.
En la entrevista, Repollés sostiene que no puede dejar de pensar que existen "motivos ideológicos" en las decisiones de los jueces, y que después de 22 meses de pandemia juegan "a ver quién puede más", en un juego que califica de "perverso" y el que, añade, la DGA está en una posición de "inferioridad".
El presidente del TSJA confirma en su comunicado, de dos folios, las disculpas que le ha trasladado esta mañana la consejera de Sanidad y que le llevan a considerar sus declaraciones "como unas palabras poco reflexionadas en el contexto de gran tensión que genera tener que gestionar la aplicación de las medidas sanitarias de lucha contra la pandemia, cuya dificultad y complejidad comprendemos perfectamente".
Lejos de disculparla, incide en que "lo más grave" de sus declaraciones es que atribuya "móviles espurios a los jueces", afirmando que resuelven por motivos ideológicos, hasta el punto de considerar "evidente que se trata de unos jueces de derechas que resuelven en contra de un gobierno de izquierdas”. Para el presidente del TSJA, su opinión no se atiene a la realidad porque, añade, "los jueces no resuelven por criterios políticos o ideológicos, sino estrictamente jurídicos y de legalidad".
Manuel Bellido evidencia su sorpresa por que la consejera sea capaz de atribuir una concreta filiación política a los integrantes de los tribunales. "Como todos los ciudadanos, tienen, legítimamente, sus propias y variadas creencias e ideologías, sustraídas al control de los poderes públicos, tal y como ha señalado el Tribunal Constitucional, lo que no les impiden juzgar con plena independencia e imparcialidad"., ha afirmado.
De la misma forma, traslada su malestar por el hecho de que con la postura de Repollés se traslade una "imagen de enfrentamiento y malas relaciones entre el Poder Judicial y el Gobierno de Aragón", que rechaza de plano. "Además de erosionar las relaciones institucionales, ni se ajusta a la realidad, ni se corresponde con la función que a cada uno de los poderes le corresponde en un estado de derecho democrático", ha apostillado antes de recalcar que hacen un legítimo ejercicio de sus funciones "en una época de gran dificultad para la actuación de ambos".
Respecto a las resoluciones contrarias a las medidas adoptadas por la DGA, explica que cuando los tribunales resuelven sobre las medidas sanitarias, recurridas por ciudadanos, "no pretenden obstaculizar las medidas sanitarias", sino ejercer la función constitucional que les corresponde: "controlar la legalidad de la actuación del poder político".
Una función, ha añadido, "especialmente relevante" en tiempos de crisis o emergencia como los actuales, en los que los gobiernos adoptan "severas medidas" que conllevan la suspensión o limitación de derechos fundamentales de los ciudadanos que "no pueden quedar sin control".
Por si hubiera alguna duda, ha insistido en la gravedad de las declaraciones de Sira Repollés, al entender que implican una "deslegitimación de las instituciones, con la consiguiente pérdida de la confianza de los ciudadanos" y constituye "uno de los mayores riesgos para las democracias en esta época gravemente polarizada, y puede abrir el camino a sistemas de gobierno de baja calidad democrática", ha añadido.
