El ferrocarril de Teruel sufre un serio recorte en los presupuestos del Estado y se desbloquea el último tramo de la A-23

El Adif prevé 49 millones para el eje Cantábrico-Mediterráneo, casi 30 menos de los comprometidos para este año. Los siete kilómetros de autovía entre Lanave y Sabiñánigo serán los únicos que se podrán licitar en Aragón en 2022.

La modernización de la línea ferroviaria de Teruel se ha alargado de nuevo y su conclusión se prevé ahora para 2026
La modernización de la línea ferroviaria de Teruel se ha alargado de nuevo y su conclusión se prevé ahora para 2026
Jorge Escudero

Aragón cuenta con algo más de dinero para inversiones en el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado, pero será para continuar con las obras que ya están en marcha y, en algún caso, como el del corredor Cantábrico-Mediterráneo, con un serio recorte de partida respecto a este año.

La única novedad reseñable en las primeras cuentas con las que se estrena la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, es el desbloqueo del último tramo pendiente de ejecutar de la autovía entre Huesca y Jaca (la A-23), los siete kilómetros que distan de Lanave a la variante de Sabiñánigo. El Ministerio ha incluido una partida de 2 millones de euros para licitar las obras, las únicas que se podrán lanzar el próximo año porque el resto de las autovías y variantes pendientes en Aragón siguen figurando con cuantías testimoniales que impedirán dar el impulso reclamado por instituciones y partidos.

De la misma forma, habrá dinero para impulsar la redacción de dos tramos de la autovía de Castellón (A-68), El Regallo-Alcañiz y Alcañiz-Ventas de Valdealgorfa, aunque las partidas plurianuales dejan claro que los otros tres entre Quinto y El Regallo tendrán que esperar, al menos, hasta bien entrada la próxima legislatura: sus primeros 100.000 euros para sacar a concurso los proyectos se han postergado a 2024.

El recorte en el corredor Cantábrico-Mediterráneo es evidente pese a necesitar el impulso final para adecentar la línea ferroviaria a estándares del siglo pasado. Aunque el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) cuenta para este año con casi 79 millones para avanzar en su modernización, para el próximo solo se han previsto 49.

Pese a todo, el Ministerio de Transportes insiste en su compromiso con este corredor y ha sentado las bases para completar su mejora. Solo hace un mes adjudicó las obras de electrificación entre Zaragoza y Teruel. Su ejecución se acometerá en dos años por un importe de 41,5 millones.

Otra cosa es cuándo estará listo el corredor hasta Sagunto, cuya inversión global rondará los 441 millones. Si se cumple la planificación, la mejora de la infraestructura a lo largo de sus 315 kilómetros debería estar lista a lo largo del próximo año y la primera fase de la electrificación, un año después, pero llevar la catenaria hasta Sagunto se demorará porque aún se debe redactar el proyecto y licitar la obra. El mayor importe de la actuación es precisamente la electrificación, valorada en 266 millones. En la cronograma de los presupuestos se demora hasta 2026.

El Canfranc sufre otro retraso

El capítulo ferroviario tampoco es muy agorero en el caso de la mejora y adaptación de la línea de Canfranc para la reapertura internacional, dado que se retrasa por enésima vez otro año y ahora el horizonte está puesto también en 2026. Lo único bueno es que la partida para el tramo Huesca-Canfranc crece respecto a la vigente este año, de 7,2 a 9,5 millones. Eso sí, cuando se consultan las cuentas de este ejercicio se aprecia que para el próximo año se había reservado en el plan plurianual más dinero, concretamente 11,9 millones.

La única actuación que realmente sale bien parada en la autovía de Huesca a Jaca. El tramo pendiente de la A-23 se desbloqueará finalmente con la licitación de las obras, que se alargarán hasta 2026 con un coste estimado en 96 millones. Mientras tanto, continuará la construcción de la variante de Sabiñánigo con otra inyección de once millones con la vista puesta en acabarla en 2023.

Otra cosa es la finalización de la A-21 hasta Navarra más allá de que se atisbe el del tramo en obras, entre los enlaces de Sigüés y Tiermas, con 22,3 millones, y que se terminará de pagar en 2023. Tanto la circunvalación de Jaca como los 11,6 kilómetros entre Puente la Reina de Jaca y Fago se podrían licitar el próximo año, pero las partidas siguen siendo exiguas, de 100.000 euros, y ni siquiera están plurianualizadas como para vislumbrar cuándo se acabará esta autovía tan importante para la economía oscense.

Partidas testimoniales

Lo mismo pasa con las variantes de Calanda (N-420) y las de Utrillas y Mata de los Olmos (N-211), que cuentan con 100.000 euros que luego nunca se tocan. La foto fija es idéntica en tres de las cuatro autovías proyectadas en Teruel, bloqueadas en trámites previos y que seguirán con las eternas partidas de 100.000 euros pese a los compromisos con Teruel Existe: Transportes aún debe repetir los estudios de la A-24 (Daroca-Calatayud) y la A-25 (Alcolea del Pinar-Monreal del Campo) y evaluar qué hace con la A-40 (Teruel-Cuenca).

La que avanza a su marcha es la A-68, donde han cogido ritmo las obras entre El Burgo y Fuentes de Ebro, y se dispondrá de un proyecto el próximo año para acometerlas de Fuentes a Quinto, mientras se lanzan los concursos para los citados tramos en el entorno de Alcañiz. Y si no hay contratiempos, en otoño de 2022 se debería poner en servicio la autovía en el otro extremo de Zaragoza, entre Figueruelas a Mallén. Otra cosa es que se termine de pagar en 2024, como en el caso del tramo pendiente de la A-22, de Huesca a Siétamo, que podría estar lista a finales de 2022 o principios de 2023.

Proyectos a tiempo

En otros casos, como las variantes de Borja y la sur de Huesca o la mejora de los 14 kilómetros de la N-260 entre Balupor-Fiscal, sus proyectos están muy avanzados y las obras se podrían licitar en 2022, pero de nuevo las partidas únicamente permiten que aparezcan en las cuentas, salvo que se puedan enmendar en el trámite parlamentario.

Para hacerse una idea del esfuerzo inversor en obra nueva, la Dirección General de Carreteras tendrá 115,9 millones para Aragón, casi lo mismo que el dinero previsto para la conservación y explotación de la red estatal existente, que se llevará otros 113,8 millones.

En el apartado de inversiones regionalizadas de los organismos autónomos, la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias SA (Seiasa) cuenta con 28,7 millones para distintas actuaciones en Huesca (siendo las de mayor cuantía las de Cartuja de San Juan y Molinar del Flumen) y otros 2,6 millones para la modernización de Riegos de Bardenas.

Por su parte, Acuaes tendrá 1,7 millones para el recrecimiento del embalse de Santolea, cuya finalización se prevé en 2025, y de otros 10,7 en la provincia de Zaragoza para, fundamentalmente, continuar con las elevaciones de riego en el tramo Zaragoza-Fayón y con la mejora del abastecimiento en el corredor del Ebro.

También habrá 9,6 millones en Enaire para seguir mejorando el aeropuerto de Zaragoza, que debe rehacer el firme y las calles de rodadura de la pista de aterrizaje pendiente (la situada al sur) e invertir en dotación para sus sistemas de comunicaciones.

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