turismo en tiempos de pandemia

Anento no quiere "morir de éxito"

Desde el Ayuntamiento piden que se proteja el Aguallueve para regular la afluencia y que se considere la carga turística a la hora de otorgar recursos.

La guía de los pueblos más bonitos de España, el boca a boca, las noticias o las listas de los destinos con más encanto marcan el camino hasta la localidad zaragozana de Anento, y así lo confirman sus visitantes en la fila de la oficina de turismo. En esta localidad del Campo de Daroca está censado casi un centenar de personas, tienen fijada su residencia entre 30 y 40 y el pasado fin de semana recibió a más de 5.000 visitantes, tal y como revelaron los datos de su aparcamiento.

La entrada en la lista de los pueblos más bonitos fue un antes y un después para ellos. "Empezábamos a tener un poco de fama con el boca a boca, pero de las 2.800 visitas en 2014, pasamos a 8.900 en 2015 y cuatro años más tarde, en 2019, 26.500 personas pasaron por la oficina de turismo y más de 37.000 por el aparcamiento", rememoran.

Un día entre semana, sobre las 11.00, hay aparcados una treintena de coches, que hora y media después son 45. "De lunes a viernes, Anento es un pueblo muy tranquilo y acogedor, en plena naturaleza. La calidad de vida es increíble", lo define Enrique Cartiel, el alcalde. Por sus empedradas calles pasean parejas de turistas, como los zaragozanos Ismael Gallardo o Mari Carmen Depon. "El trabajo nos permite tener fiesta entre semana y aprovechamos para hacer turismo. Desde luego vamos mucho más tranquilos y evitamos las aglomeraciones. En fin de semana no hubiéramos venido", confiesan ambos. "Te expones a encontrarte atascos como los de la ciudad a la entrada del pueblo", añaden Gallardo y Depon, que este miércoles visitaban por primera vez Anento. Desde el Ayuntamiento fomentan que, quien pueda, acuda mejor entre semana.

"Te expones a encontrarte atascos como los de la ciudad a la entrada del pueblo"
La estampa turística de Anento entre semana
Ismael Gallardo y Mari Carmen Delpon a los pies de la iglesia de San Blas, en Anento.
MACIPE

Ese "goteo" hace que la oficina de turismo esté abierta en estas fechas, cuando en condiciones habituales se retrasa a después de Semana Santa. Muestran una instantánea de hace 30 años y la diferencia es más que aparente. Las casas en sintonía, el castillo en la atalaya, el rojizo paraje y el Aguallueve, un entorno donde el musgo parece que llora y que forma parte de una pequeña ruta de 2,5 kilómetros, son sus principales atractivos. También la iglesia de San Blas, del siglo XIII y con un retablo gótico del XV. Rosa Fernández, una vecina de Anento que se instaló allí cuando tenía 22 años, lo explica al detalle, módulo a módulo, calle a calle de la obra que protagoniza la iglesia. Un conjunto que se ha consolidado con el "esfuerzo" de sus vecinos durante décadas.

Aunque inciden en que todos son "bienvenidos", Fernández recibe como un "respiro" la noticia del desconfinamiento perimetral de las provincias aragonesas, lo que presupone que aliviará el número de turistas. "Cuando llega el viernes estoy preocupada porque viene muchos turistas con poca previsión. Mi pueblo no puede absorber esa cantidad de gente", señala desde la oficina de turismo. "Con el fin de semana llegan las aglomeraciones, un aspecto que siempre ha estado, pero que la pandemia ha acentuado. Se va llevando, pero nos gustaría que fuera más escalonada para que la gente pudiera disfrutar más de este espacio", añade el edil. "Estamos viviendo unas circunstancias un poco complicadas", apoya Ana Lázaro, agente de Empleo y Desarrollo Local del Ayuntamiento. Rosa Fernández insiste en que hay que "ser previsores y sugiere que consulten antes: es importante saber dónde vienen y lo que hay". "Aun así la gente se va contenta, pese a las aglomeraciones", interviene el regidor.

El comportamiento de algunos de los turistas no siempre es el más "civilizado". "El lunes y martes toca limpieza de todos los lugares que visitan. Además, muchos por no pagar los dos euros del 'parking' que es el ingreso del pueblo aparcan donde quieren, hasta en la plaza del pueblo. Hay veces que es porque no se puede, pero en otras ocasiones hay hueco en el aparcamiento", lamentan estos vecinos de Anento. Comentan que se dan casos extremos en los que tienen que bajar las persianas, alguna vez han arrancado chitos de las plantas de sus puertas o han metido la cámara de fotos por la gatera.

"Se busca una figura de protección relacionada con la sostenibilidad para que se pueda regular el número de visitantes"
Alcalde de Anento: "Los recursos por habitante no tienen nada que ver con la carga de turismo"

Para aliviar esta situación plantean una serie de acciones. "Se busca una figura de protección relacionada con la sostenibilidad para que se pueda regular el número de visitantes porque, insisto, queremos que la gente venga. Por otro lado, buscamos generar esa infraestructura necesaria para que las personas que vienen puedan tener una serie de servicios –pide Cartiel-. Además, hacemos un llamamiento a la Administración porque los recursos que se reciben por número de habitantes no tienen nada que ver con la carga de turistas que tenemos. Recibimos el mismo dinero que cualquier otro pueblo de los mismos censados, pero con unas características turísticas diferentes. Nos puede ocurrir eso que se dice de morir de éxito".

"El viernes pasado dimos unas 60 comidas, más las raciones, los bocadillos… queremos que sigan viniendo, sin prisa pero sin pausa. También queremos dar el trato que se merecen y con esta afluencia no podemos", considera Paloma De Mata, al frente de la barra del El Horno de Anento, el bar-restaurante, que plantea que tal vez este fin de semana reciban a oscenses y turolenses. Esta es una de las ofertas de hostelería, junto a una pequeña cafetería y el hostal que está pendiente de licitación y que cuenta con 116 plazas.

En Anento no hay panadería -venden pan por encargo de la panadería de Báguena-, ni escuela –los menores que hay están en edad de instituto y van a otro pueblo- y la media de edad de sus habitantes no cumple el perfil del mundo rural –se cuentan con los dedos de una mano los vecinos que ya han cumplido los 70 años-.

Un pueblo con oportunidades

En la actualidad apuntan que hay un par de casas en venta, además de las viviendas del Ayuntamiento que están a mitad de terminar. El año pasado, unos meses antes del inicio de la pandemia, se instalaron dos emprendedores -una gastroteca y un artista zaragozano- y hay una chica que quiere abrir una tienda y busca local.

"El turismo es un motor de desarrollo económico, para la gente es un medio de vida"

"El turismo es un motor de desarrollo económico, para la gente es un medio de vida", explica Ana Lázaro, la agente de empleo y desarrollo local, tanto que el turismo ha traído en los últimos años a nuevos vecinos. No obstante, tachan un hándicap: reivindican banda ancha que propicie la mudanza de familias allí.

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