Patrimonio natural a 5 minutos de la urbe

Aragón cuenta con 19 centros de interpretación en los espacios naturales protegidos. Uno de ellos está en la reserva de los galachos de la Alfranca, accesible desde Zaragoza.

La Alfranca
La Alfranca
Guillermo Mestre

A tan solo 12 kilómetros río abajo de la capital aragonesa, en la margen izquierda, se yergue la reserva natural de los sotos y galachos del Ebro, también conocida como la Alfranca. Más de 1.500 hectáreas –que corresponden a los términos municipales de las localidades de Pastriz, Zaragoza y el Burgo de Ebro– para escapar del caos de la urbe y disfrutar de la naturaleza. Además, este tesoro verde combina lo natural con lo patrimonial, ya que en él se sitúan un palacio de corte neoclásico del siglo XVII y un convento del XIX.

Durante la semana, los escolares campan a sus anchas por este enclave natural. Mientras que los fines de semana, los galachos se pueblan de familias, preparadas con sus mejores víveres, para compartir espacio con la fauna diversa que reside en los bosques de la reserva. Galápagos europeos, tejones, zorros, jabalíes y nutrias se asoman de vez en cuando para saludar a los visitantes. La tranquilidad de la zona, el agua y los alimentos que allí pueden encontrar hacen que estos galachos se hayan convertido en una parada obligatoria para los alados, entre los que se pueden ver garzas,milanos, fochas y abubillas, entre otras plumas. "Hay una continua movilidad de aves", señala Miguel Ángel Muñoz, responsable de este centro. "Es importante elegir los espacios naturales donde se puedan gestionar y que las fuerzas, la energía y la materia se organicen y se desorganicen ellas mismas. Esa es la evolución", añade Muñoz, quien trabaja desde hace años en la reserva. Además, este lugar cuenta con un centro de recuperación de la fauna silvestre.

Algunos visitantes llegan a este enclave a través del llamado camino natural de la Alfranca que discurre desde Zaragoza hasta Pastriz. Su principio está en el paseo de Echegaray y Caballero, concretamente a continuación del azud del Ebro. En este camino, donde es frecuente encontrar numerosos ciclistas, se goza de la sombra de los fresnos, álamos y chopos. A piñón fijo, se puede observar también la desembocadura del río Gallego, con su característico bosque de ribera y una mejana formada en los últimos años. Mientras que pasado el cuarto cinturón, el camino transita sobre una mota de defensa contra la erosión, y el río Ebro se hace visible desde diferentes tramos y miradores.

"Cuando hablamos de espacios naturales tendemos a pensar en el Pirineo, en el Parque Nacional de Ordesa... Sin embargo, al lado de Zaragoza podemos disfrutar de un espacio con un buen nivel de conservación y muy cerca de un entorno urbano", afirma Pilar Gómez, directora de Sostenibilidad de la DGA.

22 años, 2.200.000 visitantes

Al centro de interpretación de la Alfranca se le suman otros 18, situados en los espacios naturales protegidos de la Comunidad. Por ellos han pasado más de dos millones de personas desde el año 1996. No obstante, hay que tener en cuenta que no se pueden contabilizar las personas que no pasan por estos edificios. Allí, los guías y educadores ambientales ofrecen información sobre las áreas protegidas y reparten mapas, folletos, audiovisuales e información de la Red Natural de Aragón.

La DGA e Ibercaja colaboran en su gestión

El Gobierno de Aragón y la Fundación Ibercaja renovaron ayer el convenio de colaboración para la gestión de los centros de interpretación de los espacios naturales protegidos. Este documento, que se firmó por primera vez en 1996, garantiza la conservación de la naturaleza y el respeto por el medio ambiente mediante el conocimiento del patrimonio natural y cultural de Aragón.

"Este convenio da un paso importante en la adaptación a las condiciones actuales como la digitalización y los nuevos enfoques educativos, en relación con el medio ambiente y en particular, la biodiversidad", señaló Joaquín Olona, consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad.

Por su parte, Juan Carlos Sánchez, director de la Obra Social de la Fundación Ibercaja indicó que aunque el centro de interpretación siempre sea el centro de operaciones es importante que "los contenidos y las actividades que se hacen allí deberían colocarse en el mundo digital con las posibilidades que existen hoy en día para ser aprovechados en los colegios e, incluso, en los hogares". En esa línea, Sánchez explicó que durante estos años de trabajo se ha conseguido una mayor participación de la población.

En el caso concreto de la reserva natural de los sotos y galachos del Ebro, que comprende los términos municipales de Pastriz, Zaragoza y el Burgo de Ebro, ambas entidades coinciden en que el objetivo es que "sea una posibilidad de ocio de los zaragozanos"

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