Unos 5.500 aragoneses cogen la gripe cada semana y las Urgencias siguen al máximo

La epidemia de gripe no respeta ya casi ningún hogar aragonés y sigue su escalada. La tasa de afectados ha aumentado a 425,4 casos por cada 100.000 habitantes cuando hace tan solo siete días se encontraba en 257,6. Es decir, en la última semana se vieron afectados más de 5.500 aragoneses por el virus, que corre de casa en casa y que llegará a su apogeo en las próximas semanas (Salud Pública estima que su nivel de intensidad ha pasado en estos días de bajo a medio).

Una de las peculiaridades de la temporada de gripe de este año es la cepa que circula en estos momentos, la A H3N2. Origina más patología añadida y afecta especialmente a la población mayor, que normalmente tiene más problemas de base que pueden agravar su estado de salud. En la semana del 16 al 22 de enero se registró un brote de la enfermedad en una residencia de ancianos de Huesca. Se diagnosticaron 72 casos (64 residentes y 8 trabajadores) y la tasa de ataque fue del 34,5% del total de personas que residen o trabajan allí. Como consecuencia, hubo 9 hospitalizaciones y se indicó tratamiento con el fármaco oseltamivir.

Precisamente, algunos de estos enfermos y otros muchos por virus respiratorios han acudido a Urgencias las últimas semanas, que han registrado un pico de asistencias significativo. Para paliar las dificultades por el incremento de demanda se han tomado algunas medidas, como programar solo las cirugías urgentes para dejar el mayor número de camas libres posibles en planta y aligerar las esperas en Urgencias.

El consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, reconoció este pico de presión asistencial, en parte propiciado por la gripe, pero afirmó que se está cubriendo "razonablemente bien". "Estamos continuamente controlando la situación", dijo Celaya, y añadió que los lunes y los martes son los días de mayor presión asistencial. "Hay que estudiar por qué", comentó.

Aún así, trabajadores de los centros hospitalarios consultados por HERALDO afirmaron que las Urgencias seguían a pleno rendimiento y que la situación, especialmente en el Hospital Miguel Servet y en el Royo Villanova, había sido complicada también ayer y antes de ayer. Según estas fuentes, la mañana del miércoles fue un "caos" en el Royo, ya que la sala de Cirugía Mayor Ambulatoria (CMA) seguía habilitada como sala de observación y tuvo que adaptarse otro espacio para las intervenciones. En el Servet, ayer, las salas de observación seguían llenas, 15 pacientes esperaban a ser atendidos en el pasillo y siete en los boxes. También el Royo seguía padeciendo la importante presión asistencial, con la sala de observación con 18 pacientes, once enfermos en la sala CMA y 19 pendientes de ingreso.

Según informaron desde Sanidad, esta última semana no se ha suspendido ninguna intervención quirúrjica sino que se ha optado por programar menos para responder a la demanda de camas. "No hay previsto suspender nada (ninguna operación). Valoramos diariamente la situación y lo que tenemos que hacer es dar respuesta a los enfermos que necesitan una cama", incidió el consejero, que por otro lado no descartó que en momentos puntuales se cancelen intervenciones. "Si en un momento concreto, el equipo directivo de un hospital valora que necesita suspender alguna cosa, la suspenderá", apuntó.

Con respecto a los posibles problemas para cubrir plazas vacantes tras el proceso de traslados en los centros hospitalarios, Celaya expresó su confianza en que todas se cubran con personal interino. "Hay 1.400 plazas en la bolsa y unas 300 por cubrir", dijo. El consejero reconoció que hay algunas especialidades en las que "hay dificultad" para encontrar especialistas, pero descartó que esto tenga que ver con el concurso de traslados. A mitad de febrero se concretará todo el proceso y los profesionales tendrán tres días para incorporarse a sus nuevas plazas. "Esperemos que, como mucho, haya uno o dos días de diferencia entre la salida de unos y la llegada de otros", indicó el consejero.