Fallece Wes Craven, autor de la leyenda del cine de terror Freddy Krueger, y de sagas como 'Scream'

El cineasta norteamericano muere a los 76 años de edad a causa de un cáncer cerebral.

Ninguna pesadilla volverá a ser igual. Este domingo el cineasta Wes Craven (Cleveland, 1939), autor de personajes tan míticos como Freddy Krueger, fallecía a los 76 años a causa de un devastador cáncer en el cerebro. Craven, que llevaba tres años delicado de salud, continuaba trabajando en distintos proyectos, entre los que se incluye ‘The Girl in the Photographs’, su última película, que se estrenará el mes que viene en el Festival de Cine de Toronto. Deja atrás decenas de títulos de terror que ya se han convertido en indiscutibles del género.


Nacido en el seno de una estricta familia baptista, Wesley Earl Craven cambió pronto su rol de académico –impartió clases de Inglés en el Westminster College y fue profesor de humanidades en el Clarkson College of Technology– por la cámara.


Primeros pasos en el cine

Como muchos realizadores de su generación, el director dio sus primeros pasos en el noble arte del cine por su vertiente menos decorosa, la de escribir y dirigir varias películas pornográficas –las malas lenguas aseguran que también actuó, aunque no fue acreditado en los repartos– bajo distintos seudónimos. Desplazó entonces su atención hacia el cine de terror. ‘La última casa a la izquierda’ (1972) fue su primera aventura.


Con muy pocos medios, el filme lograba incomodar al espectador, merced a una atmósfera sucia y angustiosa que culminaba con la venganza de unos padres que habían perdido a su hija a manos de una pandilla de tarados. Con la desesperanzadora ‘Las colinas tienen ojos’ (1977), premio de la crítica del Festival de Cine de Sitges, el de Ohio se confirmaba como uno de los grandes valedores del género.


Icono de los ochenta

Después vendrían títulos como ‘Bendición mortal’ o ‘La cosa del pantano’ (1982). Pero si hay un personaje irremediablemente unido a la figura de Craven, ese es el tipo del sombrero, el jersey a rayas raído y el guante con las cuchillas: Freddy Krueger. ‘Pesadilla en Elm Street’ (1984) aterrorizó a los adolescentes y convirtió a su monstruo en todo un icono de los ochenta.


A casi todos los estudios cinematográficos, acostumbrados a afrontar terrores reales, se les atragantó este guión de Craven cuya fortaleza residía precisamente en entremezclar los pasajes oníricos con los reales y que cedía el protagonismo al terrorífico Krueger, un ser que acechaba a las víctimas en sus sueños.


New Line Cinema apoyó finalmente la realización de una película que, de alguna manera, conectaba con ‘La última casa a la izquierda’. Pues el personaje que perseguía en sueños a unos pipiolos Johnny Depp y Heather Langenkamp era fruto del linchamiento público de un Krueger todavía vivo, famoso por abusar de los niños de Elm Street, a manos de unos atemorizados padres.


Su éxito fue enorme. Baste decir que la saga original –en 2010 se estrenó un ‘remake’– cuenta con siete entregas, todas ellas con Robert Englud en el papel de Krueger, así como una serie, varios cómics y un ‘crossover’ en el que el señor de las pesadillas se enfrenta a Jason Voorhees, el protagonista de ‘Viernes 13’. Si bien Craven sólo participó en otras dos: ‘Pesadilla en Elm Street III.


Los guerreros del sueño’ (1987), que escribió y produjo, y ‘La nueva pesadilla de Wes Craven’ (1994), un ejercicio de metacine, atrevido pero fallido, en el que los actores de la original se interpretaban sí mismos y eran perseguidos por una nueva encarnación de Freddy Krueger que abandonaba el estilo bufonesco que había ido adquiriendo con el paso de los años.


Momento más brillante

Precisamente, ese ejercicio referencial y, a veces, paródico viviría su momento más brillante en ‘Scream’ (1996). La cinta, con uno de los arranques más recordados por los fans del ‘slasher’, un visto y no visto de Drew Barrymore, supuso una vuelta de tuerca a las películas de terror adolescente.


Llena de alusiones y citas a los clásicos de terror de los años ochenta, el filme protagonizado por Neve Campbell dio inicio a una tetralogía sobre la que Craven nunca perdió el control artístico y que siguió ahondando en la idea de la película dentro de la película hasta 2011, fecha de su última entrega de publicación.


Por el camino Craven hizo sus pinitos como actor, lejos ya de la industria pornográfica, participando en varios cameos, tanto dentro como fuera sus películas.


También intentó apartarse del género que le había dado la fama, pero no con mucho éxito. Fueron los casos del melodrama ‘Música en el corazón’ (1999), protagonizado por Meryl Streep, nominada otra vez al Óscar por su interpretación, y ‘Vuelo nocturno’ (2005), con Jodie Foster. Al final, el éxito de su propia obra acabó ‘condenándole’ a hacer lo que mejor sabía. Es el precio a pagar por haber dado vida a un monstruo comparable en el imaginario colectivo a Frankenstein o Drácula. Descanse en paz, esta vez sí, Wes Craven.

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