Las tres P, café y mucho buen rollo

Zaragoza congrega a muchas personas comprometidas con formas de trabajar y actuar más acordes con valores positivos.

Ana María Llopis, Víctor Viñuales y Juan José Almagro. Los representantes de Dia, Ecodes y la Asociación Española de Directivos de Responsabilidad Social (Dirse) elevaron el tono del debate en un congreso sobre RSE o RSC en Zaragoza esta semana.
Las tres P, café y mucho buen rollo

Supuestamente todos queremos vivir en un mundo mejor. Más justo, que dignifique al ser humano, sin explotación laboral ni discriminaciones, que no excluya a nadie. Que respete el entorno, que no estropee el medio ambiente... Un mundo libre, con derechos sobre los que en realidad ya estamos la mayoría de los países de acuerdo. Pero resulta, sin embargo, que muchos de esos supuestos no se están cumpliendo, quizás porque no se está ejerciendo de verdad una auténtica responsabilidad social. De todo esto se habló esta semana en el IV Congreso Nacional de Responsabilidad Social Empresarial, que como los tres anteriores se celebró en Zaragoza. Y fue en la sede de Bantierra, una caja rural de ahorros aragonesa que sigue en la brecha, lo que no pasó desapercibido (por sus elogios) a ponentes como el diputado catalán Carles Campuzano, uno de los pocos políticos españoles que sabe de RSE o RSC (otro más conocido es el socialista Ramón Jáuregui, ausente esta vez) y que tuvo ocasión de cruzar argumentos con Juan López de Uralde, conocido activista en Greenpeace que hoy ejerce como político en Equo, la franquicia española de los Verdes europeos. Mucho buen rollo se respiró a lo largo de tres días con esta cita que ya se curraron bien personas comprometidas con la causa como Víctor Alcalde o el polifacético Juan Royo, pero más allá de eso vale la pena reseñar el buen nivel de muchos de los ponentes o las aportaciones de responsables de pymes con una ilusión que desarma. Un buen resumen de por dónde iban los tiros lo dio con una frase el primer día Noelia López, socia y directora técnica de Inthemove, una pyme de La Coruña. Hay que hacer hicapié desde las empresas, dijo, "en las tres P: producto, planeta y personas". Otras pequeñas empresas y organizaciones no gubernamentales dieron cuenta en esa primera jornada, la de experiencias compartidas, de iniciativas de gran interés. Destacó entre ellos, acaso por una degustación muy celebrada, José Miguel Capapé, de la cooperativa Un café diferente.


Ponentes.


Uno agradece en jornadas como estas el buen nivel de varios ponentes, algo nada fácil de conseguir. Discursos como el de Ana María Llopis (hoy presidenta de Dia pero con larga trayectoria en el mundo emprendedor) o Juan José Almagro, de la Asociación Española de Directivos de Responsabilidad Social (Dirse). También vale la pena reseñar cómo se aplaudió a María Rodríguez, expresidenta de la Confederación de Consumidores y Usuarios, todo sentido común, o el sensato verbo del citado político Campuzano, de CiU, pese a la extraña construcción de alguna de sus frases. "Noto a faltar en torno a la RSE en el Estado español más debate público", dijo. "Noto a faltar también más innovación social, abordar a fondo la economía baja en carbono o tomarnos más en serio los derechos humanos", recalcó.


Bsh.


El análisis internacional que lleva a cabo anualmente Top Employers Institute ha reconocido en su última edición a BSH Electrodomésticos como una de las mejores empresas para trabajar en España. En la nota enviada por la compañía para informar de la noticia aparecen declaraciones de Noelia Borque, trabajadora en márquetin de producto, que destacó en su trayectoria profesional la experiencia internacional que la empresa le brindó: "Por un lado, tuve la oportunidad de participar en equipos de trabajo internacionales, desarrollando productos a nivel global que luego se van a comercializar en todos los rincones del mundo". Algo de esto explicó en un reportaje sobre expatriados publicado en este diario hace tres años, cuando tenía en Berlín su base de operaciones, aunque viajaba a varios países del mundo.


Zaraclinic.


Del revolucionario tratamiento que rejuveneció al jugador de baloncesto estadounidense Kobe Bryant (y luego a otros deportistas), aplicado en Dusselldorf (Alemania) y denominado Orthokine, saben bien en la empresa aragonesa Zaraclinic, de Ignacio Alvo (sí, el del PAR). El fabricante germano Orthogen Lab es el creador de la ‘milagrosa’ fórmula, una terapia biológica que en España ofrece la compañía de Alvo –que cuenta con siete trabajadores– con mucha diligencia. Prueba de ello es el premio que acaba de recibir el propio empresario zaragozano en Dusseldorf. Un galardón que reconoce el trabajo de una compañía que ha pasado la crisis económica vendiendo más, con incrementos en su facturación.