De la tierra de Papá Noel a la del Ebro, pero solo por Navidad

?Dos odontólogos aragoneses, un médico y un enfermero aterrizaron en octubre en Finlandia. Todos le ponen un diez a la experiencia.

Daniel Torralba, Rafael Baselga y Javier Climent, en el hospital de Kurikka (Finlandia).
De la tierra de Papá Noel a la del Ebro, pero solo por Navidad

"Nos ponen la alfombra roja, y algunas plazas las han creado para nosotros". Habla Raúl Valiente, médico zaragozano de 30 años que desde octubre trabaja en un centro de salud de Suomussalmi, una ciudad de 10.000 habitantes del norte de Finlandia.


Él es uno de los aragoneses que este año se ha marchado con un programa de Eures y el Inaem a Finlandia. Tiene contrato fijo, cobra bastante mejor que sus colegas nacionales y está aprendiendo la profesión y el idioma, aunque esto último es, probablemente, lo que más le está costando.


"En España, las cosas no están bien. Vi la oportunidad y pensé: ahora o nunca", explica. No se arrepiente: Suomussalmi es una ciudad bastante apartada, pero sus pacientes y el propio sistema de salud le miman hasta el extremo. "Finlandia no tiene suficientes sanitarios y tampoco quiere formar a más alumnos por año para no bajar la calidad. Por contra, el país hace lo posible para que nos quedemos. Trabajamos de 8.00 a 15.00, cobramos bien y aprendemos. Si necesitamos algo, procuran dárnoslo. No podemos pedir más", insiste. Su centro de salud tiene también algunas camas de ingreso, y él está asignado a esta área. "Además, mis condiciones son especialmente buenas porque el sistema de salud premia a quienes ocupan estas plazas más alejadas", asegura.


No es el único aragonés en esta tierra. También en octubre partieron rumbo a Finlandia otros dos odontólogos formados en la Universidad de Zaragoza. Javier Climent tiene 23 años y es de Alcañiz; y Daniel Torralba, de la misma edad, es de Zaragoza. Los dos traban en un hospital de Kurikka, una ciudad finlandesa de la región de Ostrobotnia del Sur. Junto a ellos viajó otro aragonés, Rafael Baselga, contratado en el mismo hospital, pero como enfermero. Él es el único que no ha podido pasar las fiestas en España, y vendrá en enero.


Los dos odontólogos insisten en que en su decisión pesaron las mejores condiciones laborales que se les ofrecían y el deseo de conocer mundo y ganar experiencia. "En el caso de la odontología, han proliferado las clínicas de bajo coste en España, y las condiciones no son buenas, sobre todo si estás empezando. Nuestros compañeros cobran unos 1.400 euros, y nuestro sueldo es de unos 4.000", explica Daniel. "La vida además no es tan cara, compartimos piso y nos cuesta unos 300 euros por cabeza. Por otra parte, el contrato no es indefinido, pero después de dos años seguramente lo será", apunta.


Javier Climent quería conocer mundo, y lo ha conseguido. Explica que su nueva ciudad tiene un tamaño parecido a Alcañiz, y que la experiencia es un diez a nivel personal y profesional.


Rafael, mientras, hace su balance desde la tierra del hielo. Este enfermero de 23 años apunta a que el problema en España es el derivado de la crisis. "En España no tenía opción de lograr un trabajo fijo", valora, algo que aquí es más fácil. De momento, en Kurikka adquiere experiencia y conoce otra cultura. Eso sí, no descarta regresar.