El espacio, al servicio de la sociedad

Muchas de las innovaciones que hoy nos resultan cotidianas necesitan satélites y tecnología espacial para poder funcionar.

El espacio, al servicio de la sociedad
El espacio, al servicio de la sociedad

Nadie pone en duda ya que la tecnología espacial tiene múltiples aplicaciones en nuestra vida diaria. Todos estamos acostumbrados a ver retransmisiones en directo de eventos que se están produciendo a miles de kilómetros, a recibir puntualmente la previsión meteorológica de nuestra ciudad o a dejarnos guiar por sistemas automáticos de navegación. Todos estos servicios necesitan satélites y tecnología espacial para poder funcionar. No se trata pues de ciencia ficción, sino de algo real y accesible para todos los ciudadanos.


La tecnología desarrollada y aplicada en el sector espacial es una fuente de innovación para muchos otros sectores de actividad económica. Pero cuando se habla del sector espacial hay que tener claro que comprende áreas de actividad muy diferentes, cuyos resultados no son igualmente transferibles a la sociedad. Dejando a un lado las áreas de exploración y conocimiento del Universo, de experimentación y ciencias del espacio, y los sistemas de telecomunicaciones, las áreas de actividad del sector espacial más importantes en términos de oportunidades de innovación son los sistemas de posicionamiento y navegación, y la observación de la Tierra. Los sistemas de posicionamiento y navegación (GPS, Glonass, Galileo) permiten conocer la posición sobre la superficie terrestre con una precisión submétrica. Los sistemas de observación de la Tierra generan datos e información de la superficie de la Tierra de forma periódica no solo en el espectro visible, sino también en otras longitudes de onda (radar, infrarrojo cercano, térmico...).


Todos estos datos generados desde el espacio son una fuente de oportunidades de innovación porque abren la puerta al desarrollo de productos y la prestación de servicios basados en el uso y puesta en valor de estos datos. Desde Fadot estamos potenciando nuevos usos operacionales de los datos de observación de la Tierra y las técnicas de teledetección aplicadas a servicios de emergencias como la monitorización, seguimiento y evaluación de catástrofes naturales (inundaciones e incendios forestales); aplicaciones forestales y agrícolas como la identificación y distribución de zonas boscosas, estimación de biomasa, caracterización de pastizales, medición del índice de vegetación para el reconocimiento de especies de cultivo y tipos de vegetación y el seguimiento de la evolución de los cultivos para su uso en agricultura de precisión; aplicaciones para la actualización de cartografía, cobertura del territorio, el planeamiento urbanístico, la identificación y detección de construcciones; soporte a tareas de control y adjudicación de subvenciones agrícolas, así como mediciones del perímetro y superficie de explotaciones mineras a cielo abierto para un seguimiento preciso tanto del territorio afectado como regenerado.


Pero para que estos productos y servicios sean innovadores deben mejorar la eficiencia de sus procedimientos y disminuir su coste. Afortunadamente, esto se puede conseguir en la mayoría de los casos.


Estas oportunidades de innovación ligadas al espacio vienen favorecidas por el hecho de que el acceso a los datos es cada día más fácil. Por un lado, cada vez hay más constelaciones de satélites generadores de datos. Por otro, los organismos públicos dueños de esos datos apuestan por una política de distribución libre y gratuita de la información para que sea motor de desarrollo económico, animando a centros de investigación y empresas privadas a que generen productos y servicios de valor añadido a partir de los datos facilitados. El programa europeo Copernicus de observación de la Tierra va en esta línea. Además, a nivel nacional contamos con el Plan Nacional de Teledetección y el Programa Nacional de Observación de la Tierra por Satélite, cuyo objetivo es la puesta en órbita y explotación de dos satélites de observación terrestre de uso doble militar y civil: Paz (tecnología radar) e Ingenio (tecnología óptica). Y los dos primeros satélites privados españoles, Deimos 1 y 2, ya están en órbita y operando en perfectas condiciones.


En definitiva, el sector espacial en general y el área de observación de la Tierra en particular son una fuente de oportunidades de innovación que no debemos dejar escapar. La temática de Espacio de Horizonte 2020 se enmarca en Liderazgo Industrial y cuenta con un presupuesto de 1.416 millones de euros para 2014-2020. Es el momento de invertir en aplicaciones innovadoras como motor para el desarrollo económico y contribuir a mejorar el bienestar de los ciudadanos.