El analfabetismo aún persiste en Aragón, pero se ha reducido a la mitad en 20 años

Solo el 20%de los 10.800 aragoneses que se encuentran en esta situación son inmigrantes, según el INE.
Hay notables diferencias entre la ciudad y el medio rural, donde el perfil más habitual es el de mujeres mayores

La imagen, tomada en el Centro de Adultos Gómez Lafuente, recoge un curso de Formación Inicial de nivel 2 (por lo que sus alumnos sí que saben leer y escribir).
El analfabetismo aún persiste en Aragón, pero se ha reducido a la mitad en 20 años
Asier Alcorta

En Aragón todavía hay 10.800 personas que no saben ni leer ni escribir aunque, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), los aragoneses que se declaran analfabetos se han reducido prácticamente a la mitad en 20 años, cuando había 18.507 personas en esta situación. La razón de esta notable mejoría se debe a varias causas, como el propio fallecimiento de personas mayores analfabetas o los cursos gratuitos de alfabetización. Pero el factor que más está contribuyendo a erradicar esta situación es la obligatoriedad de estar escolarizado hasta los 14 años –que se aprobó en los setenta– y que luego en los años noventa se amplió hasta los 16.


Aunque Aragón ha sido una comunidad en la que tradicionalmente las tasas de analfabetismo han sido bajas comparadas con la media española (en todo el Estado hay ahora mismo 729.860 analfabetos), el perfil tradicional de los que no saben ni leer ni escribir es el mismo. La mayoría son personas mayores, ya sean hombres que dejaron los estudios muy pronto por la necesidad de trabajar o mujeres –la mayoría, amas de casa– que no tuvieron la oportunidad de acudir a la escuela todo lo necesario.


Sin embargo, la llegada de inmigrantes ha modificado este perfil, especialmente en las ciudades, y por eso ahora también acuden a los cursos de alfabetización adultos más jóvenes. No obstante, un dato importante es que solo el 20,4% del total son extranjeros. Hay que explicar que un inmigrante solo es analfabeto en el caso de que no sepa ni leer ni escribir en su lengua materna –no en español–, del mismo modo que un aragonés no es analfabeto por no saber leer inglés.

Natividad Bel, profesora del Centro de Adultos Gómez Lafuente de Zaragoza, señala que en el caso de que un inmigrante sí que sea analfabeto, este debe primero acudir a un curso de español para extranjeros para aprender a conversar en castellano si es lo que necesita. Y, tras ello, puede entrar en un curso de alfabetización, donde se le enseñará a leer y escribir en este idioma. Dos niveles de Formación Inicial

Javier Pina, jefe de estudios del Centro de Educación de Adultos de Fuentes de Ebro, añade que estos talleres tienen dos partes: Formación Inicial de nivel 1 y de nivel 2. Básicamente –explica-, se puede decir que el primero va destinado a analfabetos totales –personas que pueden estar incluso en la fase de aprender letras y sílabas– y el segundo es para analfabetos funcionales. Estos últimos, que suelen ser más numerosos, ya tienen la herramienta de la lectura y la escritura, pero necesitan perfeccionarla –tienen una baja comprensión lectora- y aprenden cálculo algo más complejo –multiplicaciones, reglas de tres básicas...–, además de otros conocimientos de ciencias sociales, naturales… Una vez se aprueba la Formación Inicial de nivel 2 –que equivale a acabar Primaria–, se puede pasar a preparar la ESO. 


Como ya se ha comentado, la diferencia de perfil del estudiante de la ciudad y el medio rural es más que notable. Y así, mientras en el Gómez Lafuente de Zaragoza 25 de las 40 personas apuntadas a los cursos de Formación Inicial son inmigrantes y la mayoría tiene menos de 45 años; en el de Fuentes de Ebro –que trabaja en 20 municipios– señalan que en su caso casi todos son mayores de 65 años y más del 95% son mujeres. "No obstante, en estos cursos también hay gente más joven, como personas de etnia gitana. También viene gente con síndrome de Down...", apunta Pina. Además, algunos  asisten porque han perdido parte de su capacidad lectora, como puede ocurrir en el caso de quien ha sufrido un ictus.


El jefe de estudios de este mismo centro añade que muchas personas mayores acuden a los cursos de Formación Inicial, especialmente de nivel 2, no solo para aprender, sino también para relacionarse con otras personas de su edad y seguir con la mente activa. Esto se debe a que no necesitan mejorar su formación para tener más oportunidades laborales. "Hay personas que, aunque tienen el nivel, repiten varias veces porque vienen a pasar un buen rato. En definitiva, buscan un desarrollo formativo y social", explica Pina. Precisamente, en el Gómez Lafuente es la asociación de alumnos la que está cubriendo esta demanda más social, ya que esto causaba un poco de ‘tapón’ para que entraran personas que necesitaban recibir cuanto antes esta formación.