Vivienda

El drama de los desahucios llega a cientos de padres que avalaron a sus hijos

El 60% de los afectados en Zaragoza contaba con un avalista, muchos de ellos jubilados que ahora ven en peligro su pensión. Stop Desahucios recibe entre siete y diez casos nuevos cada semana.

Asamblea de Stop Desahucios en Zaragoza
Asamblea de Stop Desahucios en Zaragoza

Hubo quien lo hizo de buena fe y conocimiento de causa, pero también muchos que no sabían lo que firmaban. Es la figura del avalista, que tras cinco años de crisis económica se ha visto salpicada directamente por el drama de los desahucios.


Solo en Zaragoza, el 60% de los afectados vinculados a la plataforma Stop Desahucios cuenta con un avalista. Como consecuencia, cientos de padres, la mayoría jubilados que se ofrecieron como garantía en las hipotecas de sus hijos, están viendo cómo la patata caliente llega a sus ahorros, propiedades y pensiones.


Desde este colectivo de ayuda explican que "el avalista tiene la misma responsabilidad que el propietario" y que "muchas personas no sabían ni lo que firmaban", en palabras de una de sus portavoces, Raquel de la Riva. Y eso dando por hecho que, "aunque no sean avalistas, antes de llegar a una situación de desahucio, la familia apoya al afectado económicamente, y en demasiadas ocasiones son su único sustento para comer, vestir...".


Es parte de la secuencia que se ha dado en los últimos años. "El perfil ha ido cambiando -comenta De la Riva-, desde los primeros casos, la mayoría extranjeros sin apoyo familiar, pasando por los obreros de clase baja, hasta la actualidad, que nos viene gente de clase media".


Y el ritmo del número de afectados, pese a los intentos más o menos eficaces o reales de la Administración por frenar este drama social, no se reduce. Stop Desahucios recibe cada semana "entre siete y diez" casos nuevos -cada lunes se lleva a cabo una asamblea de bienvenida-.


De ahí que las historias sean tan variadas como las personas que las protagonizan. Desde la plataforma cuentan varias que muestran la realidad de estas familias, como la de un matrimonio joven con dos hijos, con una vivienda en Zaragoza, que se decide a adquirir un adosado a las afueras de la ciudad animados por su entidad bancaria. Tras perder el trabajo, la familia dedica los 426 euros de ayuda estatal para pagar la hipoteca, mientras los padres les hacen la compra cada semana.


Incluso el caso inverso, en el que una pareja de empresarios están avalados por sus propios hijos al perder buena parte de su patrimonio antes de jubilarse. Deben pagar 1.000 euros al mes y cobran entre las dos pensiones 1.200, por lo que "ni siquiera les han concedido la justicia gratuita".

Bajan las ejecuciones

Y todo ello pese a que, según las estadísticas del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), los desahucios en Aragón han caído hasta junio un 20% respecto al mismo periodo del año anterior, de los 1.115 del 2012, este año ha habido 893.


La caída se produjo en la mayor parte de las comunidades, especialmente en la Comunidad Valenciana, con un descenso del 39,5% en el primer semestre de 2013, seguida del País Vasco (27%) y Navarra (25,8%).


Pero la labor de colectivos como Stop Desahucios sigue siendo igual o más necesaria en su "defensa de la vivienda habitual en aquellos deudores de buena fe sobrevenidos por la crisis?. Como explica De la Riva, "trabajamos y negociamos todos los casos de las personas que vienen a pedir ayuda?, a través de una participación activa -"no somos una oenegé", aseguran-. En muchos casos, perderlo todo y empezar de cero ya es un triunfo.


"Afortunadamente, cada vez vienen antes a nosotros, lo que es importante, y además les ayuda a superar esa vergüenza inicial del qué dirán", concluyen.