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Descubre qué pasa si te olvidas del ascensor y subes escaleras

Subir andando dos pisos diarios suponen 2,7 kilos menos al año y beneficia directamente al corazón.

Subir escaleras es un ejercicio recomendado.
Subir escaleras es un ejercicio recomendado.
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Son aburridas, dan pereza y normalmente las evitamos, pero subir escaleras es extraordinariamente beneficioso para la salud. Se sabía ya que reduce el riesgo de diabetes tipo II -la causada por los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo- y ahora también se conoce que tiene un efecto benefactor directo para el corazón. En concreto, reduce un 24% el riesgo de muerte por cualquier causa y hasta un 39% las probabilidades de fallecer por una enfermedad cardiovascular, según un estudio hecho público en el congreso que la Sociedad Europea de Cardiología celebrado hace unos días en Atenas. "Si tiene la opción de usar las escaleras o el ascensor, opte por las escaleras, ya que ayudará a su corazón", subraya la autora, la doctora Sophie Paddock, de la Universidad de East Anglia y Norwich University Hospital Foundation Trust, en Reino Unido. "Confirma que el ejercicio, del tipo que sea, es cardiosaludable", corrobora el doctor Manuel Anguita, portavoz de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Para llegar a esta conclusión, los investigadores hicieron una revisión de varios estudios existentes sobre esta cuestión. Es lo que en ciencia se llama metaanálisis y, en condiciones normales, sus resultados son más seguros que los de un único trabajo. En este caso fueron nueve los estudios analizados, con 480.479 participantes de edades comprendidas entre los 35 y los 84 años, tanto con un buen estado de salud como otros con antecedentes de accidentes cardiovasculares. Los que dejaban de lado el ascensor tenían casi un cuarto menos de posibilidades de fallecer por cualquier causa y un 39% de morir por problemas cardiacos. "Con base en estos resultados, alentaríamos a las personas a subir escaleras en su vida cotidiana. Así que, ya sea en el trabajo, en casa o en cualquier otro lugar, utilícelas", insiste la doctora Paddock.

Un detalle subraya todavía más esta conclusión: el estudio no tiene en cuenta ni el número de pisos subidos ni la intensidad aplicada, es decir, no diferencia entre quien ha subido un piso o una docena, lo que hace hincapié en la idea de que "siempre es mejor algo de ejercicio que ninguno", afirma Anguita. Otros beneficios observados fueron un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluidos ataques al corazón, insuficiencia cardíaca y accidentes cerebrovasculares. También reduce el colesterol, fortalece los huesos y se calcula que se pierden 2,7 kilos al año subiendo solo dos pisos al día.

Respecto a su efecto sobre la diabetes tipo II, un estudio realizado por un grupo de universidades de China, Suecia y Australia concretó la ventaja entre un 5% y un 14% según los peldaños que sumemos al día. Traducido a la práctica, entre 10 y 50 escaleras diarias rebajan el riesgo de diabetes un 5%. A partir de este mínimo, si llegamos a las 150 al día, lograremos el citado 14%. Más de 5,5 millones de españoles sufren esta dolencia.

¿Por qué es tan beneficioso?

Las razones por las que subir escaleras es tan saludable es que "exige más intensidad que andar a un ritmo moderado, que participan más grupos musculares y que se añade a cualquier otro ejercicio que ya hacemos", explica el experto español. Y aunque el trabajo mencionado no aborda la cuestión de si cuanto más mejor, es de suponer que así sea, como ocurre con la manida cuestión de los pasos que hay que dar al día para mantenernos saludables. "Según un estudio, basta con 3.500 o 4.000, pero cada mil más, baja un 7% el riesgo de mortalidad", destaca. Más es mejor, sí, pero "siempre adaptado a las capacidades de cada uno. No es lo mismo una persona de 80 años que una de 50 o alguien que haya tenido un problema cardíaco respecto a otra que no".

La pregunta del millón: ¿cuál es entonces el mejor ejercicio para nuestro corazón? "El mejor para el corazón y, en general, también para cualquier otro órgano, es una mezcla de ejercicio aeróbico con algún tipo de ejercicio de fuerza, pero siempre con predominio del primero. Todos son buenos, pero cada uno tiene que elegir el más adecuado según su capacidad funcional y su estado de salud. Por ejemplo, quien no pueda andar o subir escaleras porque tiene mal las rodillas o las caderas, puede hacer ejercicio aeróbico en la piscina. También es beneficioso". Así que no hay excusas para no ponerse en marcha.

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