Alarmante polarización

El ministro de Transportes, Óscar Puente, durante la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, este martes en Moncloa.
Óscar Puente
Zipi Aragón

Estamos todos dándole vueltas a si lo que quiso decir Pedro Sánchez fue un aviso a los medios. Lo que sí es cierto es que en España y en Europa ha disminuido la libertad de prensa en los últimos años. 

Si conservamos algo de memoria, nos daremos cuenta de que desde la Transición las cosas se han venido emponzoñando progresivamente. Y esto no solo son cosas de los sucesivos presidentes de gobierno. Sí es cierto que con los gobiernos de Suárez, Calvo-Sotelo, González (menos) y Aznar, el clima era diferente. Con Zapatero comenzó el sectarismo, que se veía en televisión con el formato de los debates.

Y es que esto es la polarización. Los unos a un lado, los otros enfrente. Y esto es lo que se quiere hacer con la gente, que hasta hace bien poco llevaba su vida sin enfrentamientos virulentos, aunque cada uno tuviera su manera de ver las cosas. Las polarizaciones, que afectan a varios partidos, acaban convirtiendo el juego político en dos bloques. Dos Españas para helarte el corazón, como decía Antonio Machado. Dos radicalismos que a veces llevan al fanatismo. Cuidadín, cuidadín, que así se empieza.

Observen en muchos debates televisivos que el presentador resulta ser un tertuliano más, inclinando la balanza hacia un lado u otro. Observen también el uso excesivo y constante del ‘vosotros’ y ‘nosotros’. Esto, es cierto, da más espectáculo, y por consiguiente más ‘share’, que es lo importante. Ni siquiera se molestan en disimular quién es el tertuliano del PSOE y quién el del PP. Así, se obliga a la gente a posicionarse, con el riesgo que esto entraña. La población española (hasta hace nada) no estaba en su mayoría en un bloque u otro. Es más, los políticos no hablaban de izquierdas y derechas como ahora. Se suponía, pero no se mencionaba, lo que ayudaba a guardar las formas. Cierto que las mayorías de los partidos solían ser más amplias.

El guardar las formas es mucho mas importante de lo que parece. Con unos políticos (y demás) que guardan las formas, la gente de a pie las guardará. ¿O es al revés? Que tenemos los políticos que nos merecemos. La verdad, no lo sé. Mira que hay ministros y ministras que no tienen un mínimo de educación, no ya para vestir el cargo, sino para andar por la vida como un ciudadano corriente. Véase si no al ministro Óscar Puente, que monta toda una crisis, sin necesidad alguna, con nuestra hermana Argentina, por la vida y milagros del estrafalario presidente Milei. Menos mal que estamos en Aragón.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por José Luis Mateos en HERALDO)

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