Real Madrid-Bayern de Múnich: la hora de Bellingham

El inglés aspira a protagonizar su primera gran noche europea este miércoles en la vuelta de semifinales ante el Bayern, su bestia negra.

Partido Bayern de Múnich-Real Madrid, ida de las semifinales de la Champions League
Partido Bayern de Múnich-Real Madrid, ida de las semifinales de la Champions League: Bellingham, en una acción
Angelika Warmuth

Jude Bellingham va camino de completar una temporada de ensueño. En su primera campaña vistiendo la elástica del Real Madrid, el '5' se ha convertido en el gran referente de los blancos, junto a Vinicius, y en el protagonista estelar de una Liga que tiene el 'Hey Jude' como principal 'hit'. Los 18 goles y cuatro asistencias registrados hasta la fecha en su casillero particular dentro del torneo de la regularidad, con actuaciones descollantes en citas de relumbrón, han resultado determinantes para que el equipo de Chamartín campeonase por trigésimo sexta vez y exhibiese una imagen apabullante.

A medida que su estatus y su caché se disparaban, el británico iba recogiendo prestigiosos parabienes individuales: primero el Trofeo Kopa que le acreditaba como el mejor futbolista menor de 21 años a escala planetaria y posteriormente el Laureus que le consagraba como la gran revelación del año. Pero para obtener la matrícula de honor, al todocampista de Stourbridge le resta sacar adelante un último examen. La Champions, precisamente la asignatura predilecta del equipo al que representa, es el desafío pendiente de un futbolista que aspira a vivir su primera gran noche europea este miércoles frente al Bayern, su bestia negra.

Bellingham se ha visto las caras con el coloso bávaro en nueve ocasiones, las ocho primeras mientras pertenecía al Borussia Dortmund y la última defendiendo ya los intereses del Real Madrid. El saldo de dichos enfrentamientos contabiliza siete triunfos de la escuadra muniquesa y dos empates, siendo el más reciente de ellos el 2-2 registrado la semana pasada en tierras teutonas. No es solo que jamás haya sido capaz de tumbar al Bayern. Tampoco ha logrado hacerle un gol cuando, sin ir más lejos, suma tres en otros tantos duelos frente al Barça o dos en los seis litigios que ha librado con el Manchester City. Jude sabe de sobra cómo hacerles frente a los gigantes de Europa. Pero el Bayern se ha revelado, de momento, como un titán inabordable para el hercúleo centrocampista del Real Madrid.

Los dueños del Allianz Arena impidieron que Bellingham culminase su periplo en Dortmund devolviendo el trofeo de la Bundesliga al club de la cuenca del Rhur once años después. Los aurinegros llegaron líderes a la última jornada con dos puntos de ventaja sobre el Bayern, pero su empate frente al Mainz, combinado con el triunfo del cuadro bávaro ante el Colonia, les dejó con la miel en los labios a causa del 'goal average'. Bellingham, tocado en la rodilla derecha, asistió impotente desde el banquillo a la hecatombe.

Espina clavada

El inglés tenía ganas de sacarse la espina, pero otro infortunio se cruzó en su camino. Una gastroenteritis minaba las fuerzas del '5' días antes de que el Real Madrid viajase a Múnich para abrir la decimotercera eliminatoria del clásico europeo por antonomasia. Mermado en el apartado físico, Bellingham completó 76 minutos deslucidos en el Allianz antes de pasarle el testigo a Brahim. Estaba exhausto.

"Tuvo un virus intestinal el miércoles pasado por la noche que no le dio la posibilidad de recuperarse una semana después. Ahora está muy bien y lo hará muy bien, como siempre ha hecho esta temporada", salió al paso Ancelotti la víspera del choque liguero ante el Cádiz en la jornada que certificó el alirón blanco y en la que el de Stourbridge, de nuevo volvió a ser protagonista. Dos minutos después de saltar al césped, Tiraba una pared con Brahim para sentenciar la riña, abría los brazos para celebrar con su gesto característico el preludio de un alirón que consumaría dos horas más tarde el triunfo del Girona sobre el Barça y comenzaba a calentar motores para ajustar cuentas con el Bayern y con la Champions.

No se puede decir que Bellingham no haya brillado en la presente edición de la máxima competición continental. Un gol suyo en el descuento ante el Union Berlin evitó que el Real Madrid comenzase a escribir con renglones torcidos una nueva participación en su torneo fetiche, contribuyó con una diana y una asistencia al asalto de los blancos al Estadio Diego Armando Maradona, volvió a ver puerta en Braga y marcó también ante el Nápoles en el Santiago Bernabéu. Pero, desde aquel 29 de noviembre del pasado año, está seco en la Champions.

Asistió a Vinicius en la vuelta de cuartos de final ante el Leipzig y derrochó entrega frente al Manchester City en el Etihad, donde acabó fundido tras 120 minutos de lucha extenuante. Estaba sin aire, pero asumió la responsabilidad de ejecutar uno de los lanzamientos en la tanda de penaltis y batió sin titubear a Ederson. Esconderse no va con su carácter. Con todo, le falta una noche de gloria en la Champions. Las tuvieron Mijatovic en Ámsterdam, Zidane en Glasgow, Sergio Ramos en Múnich, Lisboa o Milán, Bale en Kiev, Vinicius en París, Cristiano Ronaldo y Benzema por doquier. El miércoles, ante el Bayern y en el Bernabéu, puede ser la hora de Bellingham.

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