Por
  • Jorge Sanz Barajas

Sánchez es solo Sánchez

Pedro Sánchez, de visita sorpresa en la Feria de Abril de Barcelona
Sánchez es solo Sánchez
Kike Rincón

Perplejo no sabe con seguridad si existe el parlamento. Al parecer, al presidente lo elige una mayoría de representantes, pero solo merece explicaciones una entidad extraña que podría denominarse como ‘el electorado elegido’. 

¿Daba el presidente electo por hecha la investidura automática de otro representante de su partido si hubiera decidido dimitir? Un ‘sí’ significaría ningunear a seis formaciones políticas que suman un tercio de los votos de la mayoría en la cámara, pero también a la suya: Sánchez, partidario de la relación directa con su electorado, ha dejado también a su partido al margen de cualquier información y decisión. Así las cosas, ¿hubiera elegido él al sucesor o sucesora? Un líder que hereda derrotas está condenado a acarrear años de éxodo. Recuerden la experiencia Almunia, ungido por González, o la de Rubalcaba, continuador de un derrotado Zapatero. Mal plan. Eso sí, la finta le ha cambiado el paso a la oposición: han descubierto con pánico el inesperado abismo que se abría a sus pies: muerto el perro, se acabó el hiperbólico argumentario. Dice Sánchez que no puede luchar solo contra los bulos; es el complejo Marvel: nadie se lo ha pedido y él no es el Capitán España: es solo Sánchez. Para eso están el parlamento y el legislativo. Y su partido, pero para eso hay que sentarse a escuchar. Aviso para Sánchez-solo-Sánchez: la relación no mediada de un líder con ‘su pueblo’ deriva en populismo. Es muy fácil caer en ese pozo y lo malo es que allí anida el mal que dice querer combatir, porque la clave de la retórica populista es la hipérbole y la mentira. Atentos.

Jorge Sanz Barajas es profesor de Lengua y escritor

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