La comunidad catalana en Aragón aboga por estrechar lazos frente a la crispación política

Más de 40.000 catalanes seguirán la jornada electoral al otro lado de la frontera. La relación comercial y social crece en los últimos años tras el ‘procés’.

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Los 40.978 catalanes residentes en Aragón y los 84.952 aragoneses afincados en Cataluña fijan hoy su mirada en la cita con las urnas de la comunidad vecina. A uno y otro lado de los 200 kilómetros de frontera compartida se confía en un resultado que dé estabilidad y, sobre todo, que potencie los lazos entre dos pueblos más enfrentados en los parlamentos que en las calles. La relación comercial y social de ambos territorios no ha dejado de crecer desde la fractura del ‘procés’, pero preocupa la «crispación» política y un escenario de bloqueo que aboque a la repetición electoral.

«Nuestro lema es buscar lo que nos une, por eso es importante que quien gobierne apueste por el diálogo y no por la confrontación», reclama Mireia Semis, presidenta de la Casa Catalana en Zaragoza. Reconoce que afronta la jornada electoral con «expectación» ya que «no está la cosa clara» pero reitera su apuesta por la «convivencia» porque «a veces hay conflictos que no ayudan»

Conflictos no han faltado. Desde el fiasco del proyecto en común para unos Juegos Olímpicos de invierno, hasta el litigio por los bienes religiosos pasando por las pugnas lingüísticas.

También por el debate de la financiación y el reparto de inversiones estatales. En este sentido, Aragón y otras comunidades advierten de un posible trato de favor a Cataluña a cambio de la estabilidad en la Moncloa. Los independentistas denuncian una infradotación económica que, sin embargo, no se acompasa con lo reflejado en los presupuestos. En la última década, las inversiones en la comunidad vecina han crecido un 145%, hasta los 2.321 millones, el triple que en la aragonesa, que ha mejorado un 46,9%.

Pero mientras se resuelven estas disputas, la frontera no se ha convertido en un muro infranqueable. Más bien, todo lo contrario. En la última década, los aragoneses han comprado 3.823 viviendas en Cataluña; en sentido contrario, los catalanes han adquirido 6.440 inmuebles en Aragón, con una tendencia claramente al alza tras el choque de 2017.

De igual modo, no se ha resentido la relación comercial. Las empresas aragonesas venden cada año a Cataluña por un importe de más de 5.000 millones de euros, y en sentido contrario, las catalanas venden a Aragón el doble, algo más de 10.000 millones.

«Históricamente, las relaciones comerciales entre Aragón y Cataluña han sido muy estrechas, con uno de los flujos más intensos del país», explica Jorge Villarroya, presidente de la Cámara de Comercio de Zaragoza. «Las empresas catalanas venden a Aragón más de lo que exportan a Alemania, por ejemplo», añade.

«Seguir creciendo»

Villarroya reivindica la Cámara en «ese papel que reclaman las empresas de nexo entre territorios», más allá de confrontaciones. «La pulsión del tejido empresarial por seguir creciendo y ampliando mercados es más fuerte que los conflictos políticos entre las administraciones», concluye.

El traslado de empresas entre uno y otro territorio es constante, pese a que se frenó la fuga protagonizada a raíz del ‘procés’. Desde 2017 han llegado a Aragón unas 600 empresas procedentes de Cataluña. El año pasado fueron 41, pero los independentistas buscan fórmulas en el Congreso para revertir la situación y penalizar a las que no regresen. El reparto de fuerzas tras los comicios de hoy será, también en esto, decisivo.

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