Zaragoza

'Salidas de emergencia' para los pasajes comerciales

El Ciclón, el de los Giles o el Palafox fueron joyas del comercio durante los siglos XIX y XX. Los principales pasajes comerciales de la capital aragonesa viven una época de abandono, en la que su futuro depende de una transformación integral.

Pasaje Ciuvasa
Pasaje Ciuvasa
P. Z.

En Zaragoza hay más de 16 pasajes comerciales que se ubican, en su mayoría, en el centro de la ciudad. Algunos son históricos, como el Ciclón, en la plaza del Pilar; o el de los Giles, entre las calles Estébanes y Cuatro de Agosto. Otros son emblemas del auge comercial de las décadas de los 50 y 60, como el pasaje Palafox y el Miraflores. En el recuerdo quedan los ya desaparecidos, como el del cine Coliseo (en el paseo de la Independencia) y el del cine Fleta (en César Augusto), que cumplían más la función de pasajes que de zona comerical.


La suerte ha sido dispar con este tipo de espacios. Hay pasajes que todavía mantienen una actividad comercial destacable, como el Centro Independencia, que sortea sus constantes aperturas y cierres de comercios y continúa siendo uno de los más transitados. El del edificio Ebrosa, en el paseo de María Agustín, mantiene el tipo gracias a varios gabinetes médicos y cafeterías que ocupan sus locales. Y el Kasan, en Maria Zambrano, cuenta con bares, peluquerías y otros comercios que, pese al aspecto algo vetusto del pasaje, continúa siendo un referente para sus vecinos.


Existe un deseo de que la ciudad logre transformar estos pasajes en espacios temáticos dedicados a la artesanía y la música, como ya apuntó el pasado año la Cámara de Comercio de Zaragoza. El modelo de galería comercial que funciona en las principales capitales europeas sería fácilmente adaptable a muchas de estas zonas.


Óscar Baleta, jefe de Servicio de Comercio de la Cámara de Zaragoza, señala que «hay que ponerlos en valor» en referencia a que, en la actualidad, estos espacios «no gozan de la confianza del cliente ni del empresario». En los modelos europeos, los pasajes albergan tiendas muy reconocidas, joyerías y comercios de prestigio y cuentan con seguridad privada, algo que inspira confianza en el consumidor. Según Baleta, «habría que realizar un proyecto integral y valorar todos los aspectos en conjunto para que los pasajes resurjan. Es muy importante restablecer el concepto de 'ir de compras', que la gente pasee por estos espacios».


En referencia a otras alternativas impulsadas en la ciudad, como Zaragoza Emprende, a cargo del Ayuntamiento de Zaragoza, Baleta coincide en que «sería fundamental diseñar una campaña similar y sería fundamental que este tipo de iniciativas se mantengan en la agenda de todos los grupos políticos».


La crisis tampoco ayuda a salir del túnel y, pese a que algunos pasajes ofertan traspasos a precios competitivos, no logran ver la luz. Sin duda, el paisaje de locales vacíos no es agradable ni para el cliente ni para el empresario. En el pasaje Palafox apenas quedan tres tiendas: dos de lencería y una tienda de artesanía solidaria. Pero este caso es distinto, los locales libres no se oferta. El pasaje es propiedad de la empresa Zaragoza Urbana que, probablemente, sorprenderá con un plan integral para reactivar este pasaje que data del año 1954.

Pasen y vean

En algunas de estas zonas, también existen portales de viviendas, centros de enseñanza y comercios de todo tipo que se afanan en revitalizar estos pasos para que vuelvan a ser un referente comercial. El Ciclón, poco a poco, comienza a tener más establecimientos. No todos corren la misma suerte, pero se mantienen, como el de la avenida de Navarra, junto a Casa Emilio; el Argensola, en el paseo de la Independencia; el María Agustín, en en paseo de María Agustín, 82; el Roma, en la calle de Santander; Centro Goya, en la avenida de Goya; Ciuvasa, en Tenor Fleta; en el paseo de Sagasta, 9 se encuentra otro pasaje que conecta con la calle de Bolonia y, muy próximo, también están los de Residencial Paraíso.


Los más recientes son el del paseo de Sagasta y el de Puerta Cinegia. Este último fue presentado como un revulsivo modelo de moderna galería comercial, pero lo cierto es que su éxito ha sido más bien escaso, pese a encontrarse en un lugar privilegiado como es la plaza de España, junto al Tubo.


Entre tanto, urge encontrar una función acorde para este tipo de espacios caídos en desuso, acuciados tal vez por las grandes superficies comerciales. Todavía es posible devolver el esplendor a los pasajes comerciales zaragozanos, como se ha conseguido con los mercados de barrio, que continúan teniendo un clientela fiel.