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La compra de lingotes y monedas de oro como valor refugio se duplica en los últimos dos años

El precio de la onza ha superado su récord histórico esta semana, lo que atrae a los inversores a corto y largo plazo.

Varios lingotes de entre 20 y 50 gramos y monedas, en la oficina de Oro Express de Zaragoza.
La compra de lingotes y monedas de oro como valor refugio se duplica en los últimos dos años
ESTHER CASAS

Tal y como está la economía son muchos los que apuestan por valores refugio. Y como no es plan de guardar la fortuna debajo del colchón en billetes de 500 euros, van tomando fuerza otras opciones. Una de las más solicitadas podría resumirse con un sencillo eslogan, «Ponga un lingote en su vida», que varias empresas españolas han hecho suyo. Todas ofrecen la posibilidad de comprar físicamente, por teléfono o a través de internet, monedas y lingotes de oro importados desde Suiza o Austria.


Oro Express es una de las empresas que tiene abierto un punto de distribución en Zaragoza en el que, cada día, atienden a entre 20 y 30 personas. La entidad, que obtiene su producto de Suiza, estima que en Aragón, como en el resto del país, los pedidos de metales preciosos, entre ellos el oro, se han duplicado en los dos últimos años. «Lo que ocurre en Aragón es una extensión de lo que sucede en España y a nivel mundial. La escalada del mercado de los metales preciosos es imparable desde hace tres años», añaden en la empresa.


De hecho, hace solo unos días el oro alcanzó su máximo histórico con un precio de 1.444,7 dólares la onza, un récord propiciado por la subida del petróleo, la recesión económica y la escalada de violencia en Oriente Medio y el norte de África. Durante esta semana, los inversores a largo plazo no han hecho ningún movimiento, a la espera de una subida todavía mayor, pero muchos de los que buscaban una ganancia a corto plazo cuando adquirieron el metal, hace uno o dos años, han regresado a las tiendas donde lo adquirieron para venderlo y obtener beneficio.


Por ejemplo, un cliente que, en octubre de 2008, comprara un lingote de un kilo -muy alejado del tamaño al que nos tienen acostumbrados en el cine- por una cantidad superior a los 24.229 euros, podría venderlo esta semana por unos 33.741. Es decir, habría encontrado una forma fácil de ganar 9.500 euros sin hacer nada, aparte de templar los nervios ante las fluctuaciones del precio del metal.


«Realmente, nuestros clientes son personas que tienen mucho dinero para invertir y prefieren hacerlo así que en el banco o aquellos que tienen un remanente mucho más pequeño, de entre 1.000 y 8.000 euros y se arriesgan, para poder sacarle rentabilidad en un año o menos», explican desde la oficina de Oro Express en Zaragoza.


Entre los que pueden permitirse tener el valor a largo plazo, las décadas pueden 'regalarles' pequeñas fortunas. «Una moneda de una onza de 24 kilates que hace varias décadas costaba unas 17.500 pesetas, ahora puede estar superando los mil euros», añaden.


En las oficinas, no obstante, solo se tienen lingotes de un máximo de 100 gramos. Uno de estos, que esta semana costaba 3.466 euros, caben sin problema en la palma de la mano. Invertir en uno de 500 gramos (los del cine pesan unos 13 kilos) supone desembolsar 17.000 euros. No obstante, para obtener estos es mejor hacer el encargo vía mail o por teléfono. «En la oficina, el pedido máximo ha rondado los 120.000 euros, aunque se hizo con piezas separadas, no en una sola», reconocen.


¿Dónde se guardan?


En los casos en que las cantidades son muy grandes, las empresas suelen hacer el envío directamente a cajas fuertes de bancos donde el cliente quiere tener depositado el lingote o las monedas. No obstante, el alquiler de la caja suele oscilar entre los 150 y los 600 euros anuales, así que, dependiendo de la cantidad, compensa o no.


Otros lo guardan en casa, aunque en este caso se recomienda ser muy discreto y no comentar que se ha adquirido el producto.


Por otro lado, a estas oficinas llegan los que quieren empeñar sus joyas de oro, un colectivo que también se ha incrementado sobremanera por la crisis.


MÁS INFORMACIÓN EN LA EDICIÓN IMPRESA DE HERALDO DE ARAGÓN