Vivir en soledad: una decisión, una obligación

En España más de cuatro millones de personas viven solas. Muchos jóvenes por decisión propia y muchas personas mayores por obligación.

La soledad en los mayores puede repercutir en su salud.
La soledad en los mayores puede repercutir en su salud.
Gabesa

La televisión es, muchas veces, la única compañía de la que disfrutan las personas mayores que viven solas. Toda distracción es poca para evitar caer en el sentimiento depresivo que lleva en muchas ocasiones ligada la soledad impuesta.


Según el Instituto Nacional de Estadística, en España, más de cuatro millones de personas viven solas y el 40% (1,8 millones) de ellas son mayores de 65 años.


"Algunos días sienten que no sirven para nada porque se ven solos", comenta Tere. Su madre, Pilar de 89 años, lleva siete viviendo sola desde que falleció su marido y reconoce que desde que esta sola todo le cuesta mucho más.


Susana Calvo, trabajadora social de la residencia de ancianos Ibercaja-Rey Ardid en Juslibol afirma que aunque la persona viva sola es necesario conservar un apoyo familiar y el contacto con sus iguales. "El problema es cuando no cuentan con puntos de apoyo, entonces esa falta de estímulo y conversación deriva en un incremento de los efectos de las enfermedades", explica. 


En el caso de Pilar puede presumir de tener un corral en casa con decenas de flores que le sirven de distracción además de las abundantes visitas de sus hijos y nietos. Ella, además, todavía sale a comprar y se divierte conversando con las vecinas. Sin embargo en otros hogares es la televisión la que suele suplir esa carencia.


"Es necesario que salgan y participen en actividades. No solo hay residencias, también los centros de día organizan talleres que les ayudan a motivarse y conservar el optimismo porque con la soledad es muy fácil caer en enfermedades", asegura Calvo.


El fallecimiento de la pareja es la principal causa por la que las personas mayores terminan viviendo solas. "Te acostumbras a estar toda la vida con alguien y cuando ya no esta se nota mucho", confiesa Pilar.


Sin embargo, en los jóvenes suele suceder lo contrario. Son ellos los que al llegar a su edad adulta deciden independizarse y comenzar una etapa sin necesidad de convivir con nadie. Tan solo en Aragón, el porcentaje de hogares unifamiliares ha aumentado en los últimos años hasta el 26,3%.


Es el caso de Mila Herrera, de 26 años. Ella lleva varios viviendo sola. "Me da mucha más independencia, no tengo que compartir las tareas, ni las decisiones domésticas. De esta forma yo tomo las decisiones y tengo mucha más libertad así", afirma. Esta turolense forma parte de ese colectivo de jóvenes que ha tenido la oportunidad de independizarse. Pero la realidad es que uno de cada tres jóvenes entre 25 y 34 años todavía sigue viviendo con sus padres. "El lado negativo es que no compartes los gastos", puntualiza.


Según los datos del INE, año tras año aumenta el número de personas que viven solas lo que supone un 9,6 % con respecto al total de la población.

Mucho que ver con la salud


Un estudio reciente publicado por la Universidad de Chicago confirmaba lo que muchos suponían. El sentimiento de soledad en las personas mayores aumenta directamente el riesgo de sufrir enfermedades. Según los datos, el 30% de las personas mayores se sienten solas y es durante este periodo cuando comienzan a surgir los achaques. La atención y el cariño pueden devolver la alegría y por lo tanto disminuir los efectos de los problemas en la salud.


Según el estudio, la soledad cuando no es una elección propia se convierte en el mayor factor de riesgo entre la población de más edad. Tanto es así que puede aumentar en un 14% el riesgo de muerte prematura.


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