Estas playas de España están entre las mejores del mundo para el verano de 2024, según Lonely Planet

Planificar las vacaciones de verano con tiempo es perfecto para explorar la diversidad de playas que se esconden en España. Este país bañado por el mar Mediterráneo y el océano Atlántico cuenta con una amplia variedad de costas que van desde playas de arena blanca y aguas cristalinas hasta calas escondidas entre acantilados impresionantes. Por eso, anticiparse a la planificación de las vacaciones permite asegurar los mejores alojamientos en estas joyas naturales.

España es una referencia mundial en lo que a playas se refiere, con una riqueza natural única en todo el mundo. De hecho, así lo ha reconocido y puesto en valor una de las mayores editoras de guías de viajes en el mundo, Lonely Planet. Como cada año, la prestigiosa revista ha repasado las mejores playas para visitar en las vacaciones de verano. Esta guía turística se llama '100 de las playas más increíbles del mundo' y ya está a la venta.

Esta guía turística recoge lugares de lo más prestigiosos a lo largo de los cinco continentes con costas que son auténticas joyas. Y de España hay cinco playas recogidas en este ranquin mundial. De hecho, algunas de estas son destinos habituales para turistas de todo el mundo, solo hay que pensar en las portadas de revistas españolas en verano, que se llenan de estrellas de Hollywood o personalidades importantes de vacaciones en las costas españolas.

Playa de Torimbia, Llanes (Asturias)

En la costa norte de España, en la pintoresca localidad de Llanes, yace un secreto bien guardado: la deslumbrante Playa de Torimbia. Es considerada paisaje protegido, tiene arena blanca, fina, agua azul celeste y está situada en un entorno natural paradisiaco. Se trata de un rincón paradisíaco, esculpido por la naturaleza, se presenta como un auténtico tesoro entre acantilados verdes y aguas cristalinas que acarician la orilla de su arena dorada.

Playa de Famara, Lanzarote (Canarias)

En la mágica isla de Lanzarote se encuentra la Playa de Famara, un rincón paradisíaco que despierta los sentidos y cautiva el corazón de quienes tienen el privilegio de visitarla. Además, es una de las favoritas de los surfistas. Conocida por sus interminables extensiones de arena dorada que se extienden a lo largo de seis kilómetros, la Playa de Famara se convierte en un lienzo donde las olas del Atlántico pintan sus propias obras maestras. Esta playa, acunada por la imponente silueta de los Riscos de Famara, ofrece un escenario de belleza sobrecogedora, donde el contraste entre la arena dorada y las aguas cristalinas crea una sinfonía visual digna de admirar.

Ses Illetes, Formentera (Baleares)

Ubicada al norte de la isla, Ses Illetes se extiende a lo largo de una franja de costa que abraza las aguas turquesas del Mar Mediterráneo. Su nombre deriva de las pequeñas islas y penínsulas que emergen en la distancia, creando un paisaje idílico digno de postal. Esta playa no solo cautiva con su escenario pintoresco, sino que también ofrece una variedad de servicios para garantizar una experiencia cómoda y relajante.

Cala Estreta, Palamós (Girona)

En la pintoresca localidad de Palamós de la famosa Costa Brava de Cataluña se esconde un tesoro costero que despierta susurros de admiración: la impresionante Cala Estreta. Esta pequeña bahía, envuelta por acantilados cubiertos de pinos y besada por aguas cristalinas, se erige como un rincón de ensueño que encanta a quienes tienen la fortuna de descubrirla. El acceso a Cala Estreta puede ser un paseo tranquilo por senderos rodeados de vegetación mediterránea, una antesala que intensifica la anticipación de lo que aguarda. Al llegar, la vista se ve recompensada con una mezcla de tonos azules que se entrelazan armoniosamente.

Punta Paloma, Tarifa (Cádiz)

Por último, una joya costera que seduce con su belleza natural inigualable. Tarifa, conocida como la puerta de entrada entre dos mares, revela en Punta Paloma un secreto bien guardado que cautiva a quienes buscan experiencias auténticas y paisajes que roban el aliento. Al llegar a Punta Paloma, la primera impresión es la suavidad de la arena bajo tus pies, una caricia dorada que se extiende hasta donde alcanza la vista. Esta playa, flanqueada por dunas y acantilados, se presenta como un santuario de tranquilidad donde el murmullo del viento y el rumor de las olas son los únicos sonidos que interrumpen el silencio.