El pueblo de Huesca que da nombre a uno de los valles más desconocidos del Pirineo
Con 324 habitantes, este pequeño municipio a orillas del río Estarrún, en la Comarca de La Jacetania, es el paraíso para los amantes de los deportes de montaña y de la naturaleza.
Iglesias, ermitas, puentes medievales, castillos... Hay muchos pueblos de Aragón que tienen tesoros arquitectónicos que, sumados a la belleza de sus entornos y el entramado de sus calles, hacen las delicias de los visitantes. Si a eso les añades sus escasos habitantes, se convierten en paraísos de tranquilidad y desconexión, por lo que son ideales para una escapada del día a día y el estrés de las ciudades. En la provincia de Huesca, aunque los Pirineos atrapan todas las miradas, hay infinidad de lugares tan pequeños como bonitos que seguro que quieres descubrir. Y este pequeño municipio de La Jacetania es uno de esos que no pueden faltar en tu itinerario de viaje por Aragón este 2024.
Qué ver en Aísa, un paraíso en el Pirineo de Huesca
Al sur del Pico de Aspe, cumbre que junto a Llana de la Garganta y Llana del Bozo forman la conocida Trilogía del Aspe, uno de los paisajes más espectaculares del Pirineo, se encuentra un municipio formado por Aísa, Candanchú y su estación de esquí, Esposa y Sinués.
Abierto a través del río Estarrún, afluente del Aragón, en el valle al que da nombre y es uno de los más bellos y desconocidos del Pirineo aragonés, se enclava este bonito pueblo oscense que tiene infinidad de atractivos turísticos. Además, gran parte de su término municipal formaría parte del futuro Parque Natural de los Valles Occidentales.
El núcleo urbano de Aísa destaca por el excelente estado de conservación de gran parte de sus casas, que conservan el inconfundible estilo de la arquitectura popular de montaña: tejados de pizarra, chimeneas troncocónicas típicas de la Comarca de La Jacetania y fachadas de piedra.
El monumento más destacable de Aísa es la Iglesia Parroquial de la Asunción, que data del siglo XVIII y presenta planta de cruz latina, de una sola nave y crucero cubierto con cimborrio octogonal. Destaca en su interior el conjunto de retablos barrocos, de la segunda mitad del siglo XVIII, y el altar mayor.
Otro de los intereses del pueblo es el Dolmen, catalogado como la construcción megalítica, probablemente, más antigua de los Pirineos. Así como la Ermita de San Esteban, ubicada en el termino municipal, de singular belleza, que es famosa porque en ella se educó el Rey Alfonso I, también conocido como El Batallador.
A orillas del río Estarrún se encuentra el Molino Harinero, actualmente en estado ruinoso, pero que en su época fue de gran importancia, ya que, además de moler grano para obtener harina, en él se generaba energía aprovechando la fuerza del agua.
Los amantes de la naturaleza encuentran en Aísa un lugar idóneo para practicar BTT, bicicleta de montaña o senderismo, para recorrer mediante rutas sus frondosas montañas repletas de pinos y hayas. Y aquellos que buscan emociones fuertes pueden disfrutar de una experiencia de lo más atrevida: el vuelo de parapente.
Dónde comer en Aísa
Una buena opción para comer en este pueblo oscense es el Restaurante Valle de Aísa. Se sitúa en la calle Alta, s/n, y el teléfono es 974 36 24 20. Entre sus platos más destacados se encuentra el jabalí o el potaje contundente con pochas, borraja, costilla de cerdo, torteta de Huesca y chorizo.
Cómo llegar a Aísa, en Huesca
Para llegar a Aísa desde Huesca hay que tomar la A-23 en un trayecto de una hora y media en coche. Por otro lado, llegar desde Zaragoza cuesta dos horas y diez minutos en coche y hay que tomar la misma vía.
