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Grañén y su pasión por el arte urbano
Un paseo por la localidad permite disfrutar de más de media docena de obras de artistas de prestigio internacional como Ricardo Cavolo, Paula Bonet, Boa Mistura o Pichiavo.
El arte urbano cada vez está más presente en el medio rural. Aragón cuenta con numerosos ejemplos. Por su carácter pionero y la calidad de sus obras, la localidad de Grañén, situada en la zona norte de Los Monegros, es uno de los más destacados, con más de una década de idilio con esta forma de expresión artística y las firmas de ilustradores de prestigio internacional como Ricardo Cavolo, Paula Bonet, Boa Mistura o Pichiavo.
El camino recorrido ha logrado hacer buena la frase de uno de los primeros murales que adornaron su casco urbano, ‘Por soñar no estoy loco’, que fue realizado de forma colectiva por los vecinos del municipio y que permitió rendir homenaje al grupo Boa Mistura. En aquel momento, ni los más optimistas se atrevían a fantasear con la posibilidad de que un día el reconocido grupo, que cuenta con murales repartidos por medio mundo, desembarcara en la localidad y adornara sus calles. Pero ocurrió. Y no fueron los únicos.
La localidad, de menos de 2.000 habitantes, es un faro del nuevo idilio entre el arte rural y el mundo urbano en Aragón. El número de obras -más de media docena- y su calidad invitan a disfrutar de una sorprendente ruta por su entramado urbano, con el ánimo de contemplar de cerca cada una de las obras realizadas.
El alcalde del municipio, Carlos Sampériz, fue el primero en soñar a lo grande y tentar a reconocidos artistas, a los que logró enganchar sin grandes contrapartidas económicas, simplemente exponiendo e insistiendo en su firme creencia sobre las bondades de unir el arte urbano al medio rural.
"Se trataba de aportar algo diferente. Los murales han logrado transformar el lugar en el que vivimos y además, ofrecen a la población la posibilidad de disfrutar de este tipo de expresión artística en sus propias calles", explica el primer edil, convencido de su gran aportación. De hecho, casi todas lanzan un mensaje y además, transmiten luz, calor y pasión.
El artista oscense Edd Burthon (Eduardo Ferrer) fue uno de los primeros en dejar su impronta en las calles de Grañén. Su obra está situada junto a una de las puertas de acceso al instituto de secundaria Montes Negros y apuesta por una representación del patrón local, Santiago Apóstol.
Iker Mad77 también dejó su firma en un mural frente al pabellón polideportivo, dominado por un indio cherokee, y más tarde, Isaac Mahow, uno de los mejores grafiteros del momento, enriqueció la fachada de la Casa de la Música, a través de dos personajes de aire mitológico, muy acordes al lugar, al aparecer rodeados de elementos relacionados con la creación como un tintero con pluma o un arpa.
En 2015, la llegada del ilustrador Ricardo Cavolo, que ya había realizado trabajos para marcas como Nike o Coca-Cola, marcó un punto de inflexión. Fiel a su estilo, y despertando una gran expectación, el artista pintó un exótico mural frente al IES Montes Negros. Su diseño muestra un corazón alado flanqueado por dos jaguares. El paso del tiempo ha hecho mella en la fuerza de sus colores y por ello, y con el permiso del autor, todo está ya preparado para que sea rehabilitado a través de la Escuela de Restauración de Huesca.
Otro de los murales más visitados está justo detrás del centro de salud. Allí, la artista Paula Bonet, que está entre las más reconocidas a nivel nacional, pintó ‘La Muda’, una mujer sin boca, que denuncia las desigualdades de género.
Dentro del instituto, está el mural que pintó el grupo Boa Mistura, con obras en Sudáfrica, Berlín, Nueva Delhi, Nicaragua o Estados Unidos. Las paredes de la pista del frontón muestran dos palabras superpuestas: yo y tú, que simbolizan la unión de dos personas, que al unirse dan lugar a un nuevo color y un nuevo cuerpo.
Conocidos por la fusión del arte clásico y el grafiti más primitivo, Juan Antonio Sánchez y Álvaro Hernández, el dúo PichiAvo, fue uno de los últimos en dejar su huella en Grañén, con un espectacular mural en el que se unen la estética clásica y el arte urbano. Se puede ver en la replaceta situada junto a la iglesia parroquial Santiago Apóstol.
A todos ellos, y siendo el último hasta la fecha, se une un mural dedicado a los profesionales del sector primario y situado en la fachada del nuevo gimnasio municipal. En este caso, fue realizado por el artista plástico Taquen, Gonzalo Martín, a través de la marca Viversoy y con el fin de celebrar sus dos décadas de vida.
Cuatro escenarios claves de la ruta artística en Grañén
- 1. IES Montes Negros. Dentro del patio del Instituto Montes Negros de Grañén, está el mural pintado por el grupo Boamistura y, justo en el acceso lateral, la primera de las obras realizadas en el municipio, un grafiti del patrón, Santiago Apóstol, que fue realizado por Edd Burthon. Desde allí, también puede verse el firmado por el artista Ricardo Cavolo y que está pendiente de restauración.
- 2. Casa de Cultura. Isaac Mahow embelleció la fachada de la Casa de Cultura, a través de dos personajes de aire mitológico y asociados al arte. El edificio, que aloja la biblioteca municipal, está situado en la calle Joaquín Costa.
- 3. Plaza de la iglesia. Tras su remodelación, la plaza de la iglesia muestra el mural realizado por el dúo Pichiavo, que une el arte clásico con el grafiti más primitivo.
- 4. Calle Francisco de Goya. ‘La Muda’, de la ilustradora Paula Bonet, está situada detrás del centro de salud, en la calle Francisco de Goya, muy cerca de otra de las arterías principales del casco urbano.
Qué ver y hacer en la localidad de Grañén (Los Monegros)
El arte tradicional también destaca en la localidad de Grañén, que cuenta con la belleza del excepcional retablo de su iglesia parroquial, una joya del siglo XVI salvada casi milagrosamente en 1936. Además, y entre otras curiosidades, aquel que se acerque al municipio podrá disfrutar de uno de los mayores relojes solares de Europa, que está situado en una de las rotondas de acceso, y antes de abandonarlo, podrá probar suerte en su afortunada administración de loterías, que sigue acumulando importantes premios desde el reparto del Gordo ‘más gordo’ de la historia de Navidad en 2011.
