El pequeño pueblo de Teruel con 16 habitantes que sobrevive en su propio desierto
Esta localidad turolense de la Comarca Comunidad de Teruel destaca por el patrimonio natural que alberga, ya que es de gran interés paisajístico, arqueológico y minero.
En Aragón, la cantidad de pueblos tan encantadores y pintorescos como pequeños es enorme. Muchos dependen del turismo, una de sus fuentes de vida, como sucede con Anento, que consiguió evitar su abandono total. En la provincia de Teruel se encuentran la mayoría de estas localidades, que ven migrar a sus habitantes a las grandes ciudades en busca de más oportunidades. No obstante, estos pequeños pueblos siguen siendo curiosos y dignos de una visita por los tesoros que esconden y la belleza de sus alrededores.
Qué ver en Almohaja y sus alrededores, en Teruel
Uno de los pueblos más pequeños de Aragón es Almohaja, que destaca por sobrevivir en su propio desierto. Su casco urbano se encuentra estratégicamente ubicado en la ladera de un montículo, ofreciendo unas vistas espectaculares del pequeño valle y la laguna desecada que lo rodea. La única vegetación que ha podido crecer con los fuertes vientos del valle del Jiloca son plantas de enebro y sabinas rastreras, un entorno natural que es, sin duda, uno de los principales atractivos de la zona, con numerosos barrancos de rodeno que albergan valiosos restos arqueológicos de diferentes épocas.
Almohaja forma parte del conocido como paisaje del Rodeno, unas formaciones de piedras rojas, compuestas de arcilla, y de rocas de arenisca compactas. Se trata de un entorno muy bucólico que cambia de tonalidad cuando llueve y en cuyos barrancos se encuentran restos arqueológicos de varias épocas. Es el lugar perfecto para aquellos que buscan una escapada tranquila y serena en medio de la naturaleza por el ritmo de vida pausado que predomina en el lugar.
Al otro lado del valle, frente al pueblo, discurre el trazado del antiguo Tren minero Ojos Negros-Puerto de Sagunto, una ruta ideal para hacer senderismo. Además, la historia de Almohaja está muy ligada al enorme y espectacular castillo de Peracense, del antiguo reino de Aragón y Castilla.
Entre los monumentos que destacan del pueblo encontramos la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, de estilo barroco, que es un edificio de mampostería y sillería en piedra arenisca. La planta es de tres naves de cuatro tramos: la central, más ancha y elevada, está cubierta por bóveda de medio cañón con lunetos y las laterales, con bóvedas de arista.
Asimismo, merece la pena descubrir el Castillo de Almohaja, una fortaleza medieval de la que solo queda en pie un torreón circular de 23 metros y dos aljibes con inscripciones árabes. Fue otro de los puntos defensivos en la frontera castellana y en el siglo XVI pasó a manos de la familia del Conde de Heredia.
El Ayuntamiento de Almohaja, un edificio de planta rectangular con dos alturas, con lonja formada por dos arcos rebajados de sillería; y la Ermita de la Rosa, un edificio de una nave cubierta con tejado a cuatro vertientes precedida de un atrio, son otros dos puntos de interés del pueblo.
Cómo llegar a Almohaja, en Teruel
Para llegar a Almohaja desde Teruel hay que tomar la A-23 y es un trayecto de 40 minutos en coche. Mientras que desde Zaragoza hay que tomar la misma carretera y se tarda una hora y 45 minutos en llegar.
