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Épila palaciega, una ventana a la historia

El suntuoso palacio del Conde de Aranda, aun necesitado de reformas, es una visita altamente recomendable que hace volar la imaginación

Se prepara Épila para una verdadera revolución;;la llegada de la factoría Bon Área impactará de manera decisiva en toda la comarca del Valdejalón, y cambiará la fisonomía socioeconómica de Épila, su futura sede, con 4.000 puestos de trabajo directos y 6.000 indirectos; incluso está prevista una variante que circunvale al pueblo para evitar el exceso de tráfico rodado en el casco urbano. Nuevas necesidades estructurales, sanitarias y educativas se asoman en el horizonte. Eso sí, todo lo que viene no hace que se evapore la atención a lo que vino, se quedó y da lustre a la localidad. El ejemplo más palmario es, sin duda, el Palacio del Conde de Aranda.

Adolfo Díez, teniente de alcalde, nacido y criado en Épila, suele hacer las visitas guiadas de Palacio. Ahora es también concejal de agricultura y urbanismo; antes lo fue de cultura, durante dos legislaturas. "El Palacio del Conde de Aranda es conjunto arquitectónico muy bonito; está conectado con el Convento de las Reverendas Madres Concepcionistas, incluso hay un pasadizo que los enlaza. Los Alba donaron el palacio al Ayuntamiento en 1998; se había abierto un expediente de ruina, y la familia había trasladado buena parte del mobiliario previamente; está apuntalado en varios lugares, pero se puede visitar en buena parte de sus dependencias. Llama la atención la propia entrada, con el suelo empedrado; también se han hecho réplicas de baldosas gracias a la fábrica de Muel. No es el único edificio señorial que hay en Épila; también está el palacete del Marqués de Saudín, de propiedad particular. o el palacete de los Esponera, junto a la iglesia".

El palacio del Marqués de Saudín llama la atención; su fachada es muy sencilla, eso sí, con la portada adintelada, impostas dividiendo los pisos y pequeños óculos. El pequeño patio, empero, es muy llamativo gracias a una inmensa escalera en ángulo recto.

Historia

Hay que recordar que durante varios siglos, Épila fue el centro neurálgico de operaciones de los Ximénez de Urrea, una de las ocho grandes casas nobiliarias del Reino de Aragón, más conocidos por el título condal de Aranda, que recibieron en 1488. De hecho, en este palacio falleció el último conde de Aranda, don Pedro Pablo Abarca de Bolea y Ximénez de Urrea, ministro ilustrado del monarca Carlos III; el óbito llegó en 1798.

Hay un dato curioso, que se escapa a muchos visitantes y que tiene que ver con la orografía. El palacio fue construido adaptándose al desnivel del terreno, por lo que la fachada principal en la plaza no es de una gran altura, al contrario de lo que ocurre con la posterior. Eso sí, la portada neoclásica del acceso principal es más que notable".

En el interior, y concretamente en el salón principal, se halla el principal aliciente; un alfarje espectacular en el techo, un poco más grande incluso que el del salón del trono de la Aljafería. En esa estancia se han venido realizando en los últimos años festivales de música antigua en Épila y recitales diversos, en un marco que recuerda poderosamente a aquellas celebraciones palaciegas que reflejan la literatura y el cine. "Es una visita que vale la pena –concluye Adolfo– y aquí estaremos para proporcionarla".

Vídeo de Épila en 'Aragón es extraordinario'

El carnaval no se olvida, aunque este año no pueda celebrarse

El carnaval tiene un tremendo arraigo en Épila;es el más popular e historiado de la provincia de Zaragoza. "Viene sobre todo de épocas algo más remotas, de la guerra civil, cuando las casas-cueva eran más comunes en el pueblo –explica Adolfo Díaz– y la gente se las arreglaba para seguir celebrando. Se disfrazaban con lo que encontraba". De hecho, el taleguillo de tela vieja con agujeros en ojos y boca, y pintura encima, viene de esa escasez de la época. Es la esencia de las mascarutas.

Este año no habrá fiesta, ya se ha anunciado oficialmente. Adolfo recuerda un poco los momentos álgidos. "Los dos sábados de carnaval se va de ronda por las casas de la gente y algunos comercios; sacan a la puerta vinos, cervezas, pastas, jamón y queso para los congregados. Los disfrazados bajan a la sala Multiusos y la peña Almuerzo de Carnaval hace honor a su nombre allá; hay charanga y comida popular después. El paso por la calle Barrio Nuevo es muy significativo, desde luego; hay dos vías que se llenan hasta los topes. Por la tarde hay cambio de traje y concursos de disfraces, y por la noche, fiesta. Hay gente que aguanta el tirón, ojo;yo ya no lo hago todo seguido".

El primer domingo de carnaval se hace el desfile de disfraces. "En Épila –remata Adolfo– en cuanto pasa el día de Reyes, la gente ya empieza a coser; los grupos preparan coreografías… en fin, se vive al máximo la tradición. Este año, por desgracia, ya se ha anunciado la suspensión del festejo, pero el recuerdo está vivísimo. El año pasado se salvó por poco, ahora no ha podido ser. No descartamos hacer alguna cosa simbólica, que no choque con las medidas de precaución sanitaria, para evitar aglomeraciones. La cabalgata fue así, por ejemplo: testimonial. La gente la vivió desde los balcones de casa".

Santa María y el Santuario de Rodanas, dos joyas patrimoniales

La iglesia monumental de Santa María la Mayor, justo enfrente del palacio del Conde de Aranda, es de estilo barroco clasicista, presenta una planta compleja de cabecera recta y profunda con coro bajo tras el altar mayor, dos sacristías a ambos lados y capillas laterales, crucero, tres naves, un pequeño atrio y dos torres, adosadas a la fachada principal. Destacan los grandes conjuntos de pintura mural que decoran el interior del templo, fundamentales para la correcta apreciación de la pintura del siglo XVIII aragonés. Hay dos pintores especialmente destacados: Mariano Ponzano, pintor de cámara y tío del escultor Ponciano Ponzano, y Fray Manuel Bayeu, hermano de Francisco y Ramón Bayeu y cuñado de Goya. La otra gran joya patrimonial de Épila en el plano religioso es el Santuario de la Virgen de Rodanas; la talla de la virgen y el niño, de alabastro, es de gran belleza.

ÉPILA

Comarca. Valdejalón

Cómo llegar. Desde Zaragoza, su capital de provincia, hay 43 kilómetros por la A-2.

Tiro de bola. Este deporte aragonés tiene a algunos de sus mejores especialistas en Épila. El domingo de fiestas hay torneo, en el que se invita a los mejores lanzadores de la comarca, con numerosa asistencia de especialistas de Calatorao y La Almunia.

Las fiestas. Carnaval aparte, se celebra a los patronos San Pedro Arbués y San Frontonio a mediados de septiembre. San Pedro Arbués nació en el edificio de la antigua iglesia parroquial. La Virgen de Rodanas coincide con las fiestas de primavera.

La cruz del castillo. Se trata de una figura de hierro situada en el antiguo castillo de Épila; marca una construcción que a día de hoy ya no está en pie.

Comer y dormir. Está el restaurante Doña Manuela, a la entrada, y el hotel-restaurante Carrasco. Hay muchos bares, desde Casa Cayo a Bar Punto Rodanas, pasando por el céntrico Gato Negro –con nueva administración– Clapton, Vanguard o 63, entre otros.

Artículo incluido en la serie 'Aragón es extraordinario'.

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