aragón es extraordinario

La transformación sin ira de Candasnos

La localidad mira hacia atrás con orgullo y enfila el futuro con esperanza, redoblando esfuerzos para sacar partido de sus atractivos turísticos

Dicen Miguel Antín, alcalde de Candasnos, y su teniente de alcalde Víctor Pérez que la polarización política no tiene incidencia alguna en el pueblo actualmente. “Nosotros vinimos a hacer cosas por el pueblo. Punto”. La localidad del Bajo Cinca, monegrina de corazón y tradición, vivió con entusiasmo la llegada del regadío a sus dominios tras una vida entera en el secano. Con el riego, el cereal dejó paso al maíz y la alfalfa, con probatinas más propias de huerta como el tomate o el guisante. Ahora llega el momento de un nuevo golpe de timón, con el conjunto de atractivos para el visitante como viento de cola.

“Sí, estamos mirando hacia el turismo –aclaran ambos– porque creemos que Candasnos, dentro de su humildad, tiene los suficientes atractivos diferenciadores como para hacerlo”. Los primeros pasos son muy prácticos. “Queremos hacer un área especial para caravanas, que tenga todos los servicios necesarios, a fin de que ese punto concentre todo el turismo de este tipo y no se desperdigue. La otra idea que queremos llevar a cabo es un albergue para peregrinos, que naturalmente admita también otro tipo de visitantes. Por el actual término municipal pasaba una antigua calzada romana, el camino de Tarraco, y también somos parte del Camino de Santiago Ignaciano; por tramos y kilometraje nos corresponde un punto de hospedaje del Camino, y ahí tendríamos el adecuado”.

Además del Hondo de la Unilla y la Balsa Buena –con historia de reina incluida– Candasnos también apostó en los últimos años con la recuperación del antiguo pozo de hielo, un clásico de muchos pueblos aragoneses que en el caso de la localidad tiene unas considerables dimensiones, con una cómoda escalera para el acceso al nivel inferior.

El cine más chulo de la zona

Mención aparte merece en el municipio la sala de cine, el Cámara, que gestiona la Asociación Cine de Candasnos. Una sala moderna, pero llena de sabor añejo, con capacidad regular para 140 personas (actualmente se aplican las restricciones que marca la normativa para prevenir el contagio de la covid-19), programación regular y uso diverso. Las butacas, por cierto, son las del desaparecido cine Coso de Zaragoza: asientos de madera con fieltro rojo pasión (el mismo de los accesos) para una actividad que despierta la sana envidia de la redolada. La sala Goya de Mequinenza, situada a media hora, es algo más grande, pero tiene un duro rival con el Cámara en cuestión de encanto.

El local del Cámara ocupa un edificio de las antiguas Cámaras Agrarias. Los sábados hay cine para todos (19.00), con películas de actualidad, y los domingos el filme proyectado suele orientares al público familiar, o directamente infantil (la sesión es a las 17.00). Normalmente la actividad descansa los dos meses centrales de verano, estación en la que se ofrecen puntualmente películas al aire libre. Este año, la programación primaveral quedó lógicamente abortada por la pandemia de la covid-19.

La Asociación no circunscribe sus actividades al cine. Este verano, de hecho, organizó concursos de pintura al aire libre y de fotografía; es un verdadero termómetro de la cultura local.

El agua se siente tan cómoda en la Unilla como en la Balsa Buena

“Hemos establecido una colaboración con la comarca del Bajo Cinca para darle el valor que merece a nuestro humedal; la Unilla es muy especial”. El alcalde Miguel Antín habla con orgullo de esta lámina de agua situada a las afueras del pueblo, junto a la carretera de Caspe. “Hay similitudes con la laguna de Sariñena –explica el teniente de alcalde, Víctor Pérez– pero aquí tenemos aves que no paran allá, debido a que su paso migratorio es aquí; vienen ornitólogos de todo el mundo a observarlos. En la comarca coordinan una jornada anual y pública con una empresa, que ofrece desde el puesto de avistamiento de la zona una explicación de las características de la Unilla en su ecosistema particular y las especies que alberga en cada época.

La Unilla es una laguna endorreica que tiene agua todo el año; recibe además retorno de riegos. Rodeada de un cinturón de carrizos, también tiene tamarices, sosas en los rincones, ontinares y espartales. Entre las aves habituales destaca el zampullín, el pato colorado, el aguilucho lagunero y la focha, aunque tampoco son ajenos al lugar el año pato cuchara, el ánade rabudo, la gaviota, el tarro blanco, la garcilla… también abunda el sapo, los galápagos y culebra de agua. Por cierto, hay libélulas desde primavera hasta otoño; estamos en la época. .

La Balsa Buena, con 20 metros de radio y 3 de altura, es de origen romano. “La hemos acondicionado y limpiado en el último año –explica el alcalde– y se han acondicionado los alrededores, además de iluminarse para visitas nocturnas; la verdad es que se ha hecho un lavado de cara a varios enclaves del pueblo. La ermita de San Bartolomé también es importante: está en pleno campo, en alto y permite apreciarlas zonas de regadío. Se han mejorado los accesos y hay un proyecto de mirador.

Candasnos y su humedal en las lindes del desierto

La Cruzanzana, parada hostelera con un plus... y sorpresas agradables

Si se va allá de propio y la elección se debe a razones laborales o turísticas, la sorpresa es menor, pero con la Cruzanzana también cabe una secuencia sorpresa en cuanto a la naturaleza de la visita. Se para a repostar combustible (gasolinera Repsol) y ya puestos, se entra a echar un café. Si la visita es familiar, hay niños involucrados y el tiempo lo permite, Georgina o cualquiera de los empleados sugerirán la visita al jardín trasero. Allá campan a sus anchas un burrito, una alpaca (muy tímida), varias cabras enanas, gallinas, gallos, una pareja de pavos… la nueva administración, con Martí y Joel en el timón, cree en las posibilidades del lugar para un proyecto tan diverso. Hay buen menú, accesible para todos los bolsillos, y hospedaje. “Este mes llega una pareja de canguros enanos para unirse a la familia” explica Georgina, sonriente, mientras alimenta a las cabritillas. “Los cuidaremos bien”.

CANDASNOS

Comarca. Bajo Cinca, administrativamente; conexión monegrina por tradición.

Cómo llegar. Desde Huesca, su capital de provincia, hay 98 kilómetros por la A-131 hasta Ontiñena, tomando allí el desvío por la A-2214 hasta destino.

Comer y dormir. El Pilar es el templo local de la entraña; los callos de Joaquín son famosos en muchos kilómetros a la redonda. El hostal y restaurante La Cruzanzana, a dos kilómetros del pueblo en dirección Fraga por la N-II, tiene gasolinera, hospedaje, cafetería y ofrece excelentes menús.

Vestigios. El yacimiento íbero del Tozal de los Regallos y Cabeza la Vieja, es conocido desde algunas décadas; los trabajos de prospección y excavación permitieron identificar rastros constructivos de finales de la Edad de Bronce y la primera Edad de Hierro.

La Asunción. La iglesia local tiene una base románica (siglo XIII) reflejada en la parte baja del ábside; esta construcción se elevó luego con un lenguaje gótico y utilizando el ladrillo.

Artículo incluido en la serie 'Aragón es extraordinario'.

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