Aumentan las consultas por la enfermedad boca-mano-pie

Un brote de la enfermedad boca-mano-pie ha incrementado el número de consultas por esta afección en las últimas semanas, según la información aportada por Margarita Sánchez de Dios, médico de Atención Primaria en Soria Norte. Esto ha ocasionado que la dolencia "la estén padeciendo muchos niños", principalmente menores de tres años, con mayor incidencia en los bebés "de uno a dos años". Sin embargo, la doctora lanza un mensaje de tranquilidad a los padres, "quienes no deben alarmarse porque se trata de una enfermedad muy benigna". Es más, en ocasiones cursa asintomáticamente (se denomina "subclínica" al "no tener síntomas") y en Soria, actualmente son poco frecuentes los casos con fiebre y picor, según la especialista.

El pico de casos registrado en las últimas semanas no se debería a ninguna circunstancia especial, a pesar de ser una enfermedad con mayor incidencia en la primavera y el verano, aunque "también la vemos en invierno". Principalmente afecta a menores de edad y aunque adolescentes y adultos pueden contraer la infección no se han registrado casos en estos momentos de ella en este sector de población.

Cómo darse cuenta de que el niño está pasando la enfermedad es visible en los casos que cursan con sintomatología. Por lo general, causa fiebre, dolor de cabeza, pérdida de apetito, llagas dolorosas en la boca y un sarpullido en las manos y los pies, un picor molesto; ocasionalmente puede aparecer en codos, rodillas y nalgas.

Como explica la doctora se detectan "lesiones rojizas, elevadas, que miden entre uno y tres milímetros, en los dedos de manos y pies, así como en la boca". "Algunos niños tienen lesiones en el culito" y "se puede confundir con la varicela por el tipo de lesiones". Se sabe que uno se ha contagiado del virus cuando "hay síntomas en zonas localizadas", existen "lesiones" y el profesional hace un "diagnóstico".

La doctora de Soria Norte insiste en la levedad de los numerosos casos registrados, pues "apenas los hay con fiebre y casi no les pica", y las consecuencias "son cutáneas", pues la enfermedad no implica otras indicaciones; es más, "las complicaciones son menores", al contrario que otras dolencias víricas. En algunos casos "se les pueden caer las uñas a las cinco o seis semanas, pero es poco frecuente".

Sánchez de Dios aclara que "el período de incubación va de los tres a los seis días", pero "se contagia antes". Además, "se puede pasar más de una vez" al tratarse de "un grupo de varios virus".

Se transmite con facilidad de persona a persona a través del contacto directo por vía fecal-oral (heces) y aérea (secreciones de nariz, boca o gotitas que se lanzan al toser). El virus permanece en las heces sobre todo o en las vías respiratorias varias semanas después de padecer la enfermedad. También puede sobrevivir mucho tiempo en los objetos (pañuelos, mesas, sábanas, toallas, etcétera), facilitando su transmisión.

Para evitar su propagación es aconsejable "lavarse las manos después de cambiar los pañales" a los niños y, "en el caso de guarderías, la desinfección". La especialista explica que los niños también "deben tener higiene, se les puede bañar y al secarles se hace sin restregar la toalla, sólo apoyándola" y "si no hacen falta antitérmicos, pueden ir a la guardería".Sin tratamiento específico

No existe un tratamiento específico para la infección más allá del alivio de los síntomas. Para ello se pueden administrar analgésicos. Si en la evolución aparece afectación de las uñas, se tratará con higiene e hidratación. Los niños con inmunodeficiencias y los recién nacidos pueden precisar medidas especiales, según la Asociación Española de Pediatría. Asimismo, actualmente no existe una vacuna específica contra estos virus. No obstante, es interesante que sea diagnosticada para conocer qué es lo que sucede y "no asustarse".