Último adiós a un mito

Miles de seguidores rinden homenaje a Di Stéfano y se vuelcan en agradecimientos al exjugador madridista

Imagen de la capilla ardiente de Alfredo Di Stéfano, instalada ayer en el palco de honor del estadio Santiago Bernabéu.
Último adiós a un mito
PIERRE-PHILIPPE MARCOU/afp

«Gracias por llevar a este equipo a la gloria. Medio Real Madrid eres tú», rezaba, sobre cinco Copas de Europa dibujadas, una dedicatoria plasmada en el mural de la capilla ardiente instalada en el palco de honor del estadio Santiago Bernabéu, donde el mundo del fútbol y del deporte dio ayer, y también podrá hacerlo hoy, el último adiós a Alfredo Di Stéfano. «Gracias, don Alfredo, por hacer de este club el mejor de la historia», reflejaba otra de las citas de uno de los miles de aficionados que se pasaron desde primeras horas de la mañana por el coliseo blanco para rendir homenaje a la leyenda del fútbol total, a uno de los mejores jugadores de todos los tiempos que revolucionó el deporte rey y cambió para siempre la historia del Real Madrid. 


 «El más grande», era la sentencia más repetida en ese enorme mural repleto de agradecimientos y firmas de seguidores, de toda edad y condición, unidos, la inmensa mayoría, por el madridismo. Todos ellos, aun sin haberle visto nunca jugar, por el respeto y la veneración hacia el exfutbolista hispano-argentino y presidente de honor del club blanco que falleció el lunes, tres días después de cumplir 88 años y sólo 48 horas más tarde de sufrir un infarto en plena calle, al salir del restaurante en el que festejó su última efeméride con familiares y amigos. 


«Celebró su cumpleaños con comida vegetariana, sí. Con langostinos, percebes... Hasta para despedirse fue un monstruo», desveló Amancio. Otro mito del madridismo, compañero de Di Stéfano y uno de los numerosos futbolistas, retirados (Gento, Pirri, Canario, Camacho, Hierro...) y en activo, que se pasaron por el estadio de la casa blanca, junto a dirigentes y políticos, entre millares de hinchas –más de 20.000– volcados y emocionados tras la marcha de un símbolo eterno del club merengue. A última hora de la tarde también compareció el rey Felipe, reconocido colchonero, quien, sentado junto a Florentino Pérez y los hijos de Di Stéfano, estuvo conversando durante unos minutos con el presidente del Madrid y los familiares, a quienes el nuevo monarca transmitió sus condolencias. También dio el pésame «a toda la familia madridista y a todo el fútbol español». «Di Stéfano es una figura irrepetible, única en el mundo. Un grande entre los grandes», proclamó Felipe VI.


Iluminado el Bernabéu por el féretro de Di Stéfano, cubierto con una bandera del Real Madrid y jalonado por el Super Balón de Oro que se le concedió en 1989 como mejor jugador europeo de la historia, y por los dos Balones de Oro que se ganó en 1957 y 1959, alrededor de sus restos mortales también destacaban enormes fotografías de su etapa de futbolista y otra, ya de veterano, con traje, corbata y gesto serio. Frente a la caja con su cuerpo sin vida, bajo una imagen grandiosa saltando alborozado tras uno los tres goles que le marcó al Vasas de Budapest en la ida de las semifinales de la Copa de Europa de 1958 (4-0), con un «Gracias, Alfredo di Stéfano», las cinco primeras Copas de Europa y la Intercontinental conquistadas con el Madrid, entre otros trofeos y distinciones.  Elogios unánimes

«El Madrid es lo que es gracias a él, y nuestra gratitud será eterna», reconocía Emilio Butragueño, director de Relaciones Internacionales de la entidad merengue, el delantero que dio nombre a la ‘Quinta del Buitre’ que alumbró el Di Stéfano. Con Florentino y Butragueño como anfitriones, entre los jugadores de la actual plantilla, los capitanes Iker Casillas y Sergio Ramos también ensalzaron la figura del astro mundial. «Todo lo que es Di Stéfano te recuerda al Real Madrid», admitió el portero. «La palabra rendirse nunca ha estado en su modo de ser y eso nos lo ha inculcado a todos», añadió el defensa.


Tampoco podía faltar el presidente del eterno rival de la capital, Enrique Cerezo, que se fundió en un sentido abrazo con Florentino Pérez, ni el exmandatario blanco Lorenzo Sanz. Otros altos dirigentes futbolísticos, como el de la entidad del eterno enemigo que se peleó con el Madrid por Di Stéfano, el azulgrana Josep Maria Bartomeu, o el del Valladolid, Carlos Suárez, desfilaron a lo largo de la jornada ante una capilla ardiente también enriquecida por hermosas coronas de flores. De los Veteranos del Atlético, del Millonarios de Colombia, el club que defendió Di Stéfano después de abandonar River Plate y antes de fichar por el Madrid...


Entre los representantes de la política, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, quiso recordar una frase ejemplar del legendario jugador cuando se le preguntó cuál sería el consejo que daría a los jóvenes que desean dedicarse al fútbol. «Que se acerquen a los libros, que no muerden, y luego jueguen al fútbol», fue su respuesta. La inmensa figura de Di Stéfano fue más allá del fútbol y del deporte y alcanzó a millones de personas, pese a que con él llegó tarde la televisión que hubiese potenciado sus gestas.