Tras los restos de la torre que conquistó el Cid

Los trabajos, que financia la DPZ, buscan conocer mejor el asentamiento junto al que se produjo el combate como primer paso para ponerlo en valor dentro de la ruta.

Los trabajos de excavación se desarrollan en un paraje del término municipal de Ateca
Los trabajos de excavación se desarrollan en un paraje del término municipal de Ateca
Diputación de Zaragoza

Fue a finales del siglo XI cuando, según el cantar de gesta que narra las hazañas del Cid Campeador en su camino entre Burgos y Valencia, este caballero castellano logró ganar a los musulmanes la fortaleza de Alcocer. Los historiadores Francisco Martínez y José Luis Corral han dedicado sus esfuerzos a localizar dónde pudo estar ese lugar, que se menciona hasta en 22 episodios de la obra literaria.


Tras sus investigaciones documentales, se realizaron prospecciones en 2002, y una primera campaña de excavación, en 2004, en el yacimiento de La Mora Encantada. Ese proyecto emprendido por el Ayuntamiento de Ateca se ha retomado con el apoyo económico de la Diputación de Zaragoza, que asume los 10.000 euros a los que ascienden estos trabajos. La de Zaragoza, es una de las ocho diputaciones que forman parte del itinerario cultural de 1.400 kilómetros que sigue las huellas de este poema medieval.


Si ahora se comprueban los resultados que se obtenían en la primera campaña de excavación, Ateca sería un enclave emblemático por encontrarse en su término municipal uno de los castillos más importantes de ‘Cantar de mío Cid’.


Los trabajos desarrollados hace 12 años evidenciaron que, junto a una llamativa estructura geológica de arcilla, había existido un asentamiento de época islámica, al oeste de un cerro que dominaba la vega del río Jalón. Allí, y en dos áreas diferentes, se encontraron restos de estructuras arqueológicas con grandes piedras y yesos que pudieron ser los cimientos de una torre, muros, así como materiales cerámicos de menaje de doméstico, clavos de hierro, huesos de fauna o molinos de piedra.


Eso, según consta en el informe de aquella excavación, "induce a pensar en un abandono precipitado del asentamiento". Pero esos datos tenían que ser concretados en nuevas campañas de excavación que también debían de servir para descubrir la planta de la torre.Mayor zona de excavación

Ahora, bajo la dirección arqueológica de José Luis Cebolla y Javier Ruiz, se ha ampliado la zona de excavación para conocer mejor este yacimiento, que pudo ser un pequeño poblado agrícola para cultivar la vega del Jalón y con una torre y recinto defensivo a su alrededor. Como explica Ruiz, se ha hecho un estudio topográfico empleando drones, y se cuenta también con personal especializado en la restauración para trabajar con los materiales que han ido saliendo. La actividad en el yacimiento de La Mora Encantada se inició la segunda semana de diciembre y, hasta el momento, se ha visto la continuidad de los muros que salieron en 2004. "Parece que tenemos delimitada una estancia bastante rectangular", indica el arqueólogo.


Con los resultados de la excavación en marcha, quizá se pueda confirmar si esos restos arqueológicos guardan relación con las fuentes históricas y documentales sobre Alcocer. De momento se buscan más pistas sobre el asentamiento islámico junto a la antigua carretera nacional II, entre Ateca y Terrer, a unos 4 kilómetros del pueblo de Ateca.


Hacía 1980, la toponimia sirvió para que tanto Corral como Martínez lo ubicaran sobre la vega del río Jalón, donde sobresale el farallón arcilloso que es el que recibe el nombre de La Mora Encantada. El rastreo que el atecano Francisco Martínez ha llevado a cabo en archivos eclesiásticos, municipales y en protocolos notariales le permitió localizar con exactitud ese poblado que llegó a controlar el Cid, y donde tuvo lugar, según narra el cantar, una de las batallas más duras. Porque en defensa de Alcocer acudieron desde Valencia 3.000 musulmanes, que durante tres semanas asediaron la fortaleza. Finalmente fueron derrotados por las tropas de Rodrigo Díaz de Vivar en un duro enfrentamiento campal. Dice Martínez en una de sus publicaciones (‘Ateca desde sus orígenes hasta el año 1500’) que el autor de este poema épico quiso destacar la conquista de Alcocer, puesto que le dedica 309 versos, un 28% del total del Cantar I y un 8% del global del Poema. Las excavaciones en marcha pueden convertir a Ateca en un lugar principal de este camino de historia y leyenda.

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