Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Con todos ustedes: el comunicador de la ciencia en España

Una encuesta realizada desde la Asociación Española de Comunicación Científica dibuja el autorretrato del comunicador de la ciencia. El análisis de las respuestas de los encuestados, socios de esta organización, repartidos por todo el país, desvela desde qué medios e instituciones, y también en qué condiciones, se ejerce esta profesión.

Retrato-robot del comunicador de la ciencia en España.
Retrato-robot del comunicador de la ciencia en España.
Aecc

Un treintañero que nació y vive en Madrid y ejerce el periodismo en un medio digital. Pese a su alto nivel de formación, cobra menos de 18.000 euros brutos al año. Este es el perfil tipo del comunicador de la ciencia en nuestro país. La Asociación Española de Comunicación Científica (AECC) presentó el pasado jueves en la jornada Ciencia en Redes el retrato robot del comunicador de la ciencia en España. Sus rasgos proceden de la encuesta realizada entre los socios de la Aecc durante el pasado mes de febrero.


Aunque los hombres son mayoría en el colectivo, la paridad no está lejos (55,7% de hombres y 44,3% de mujeres). Y hay cantera en la comunicación de la ciencia: la mitad de los encuestados es menor de 40 años, un 12,6% se sitúa en la veintena. Geográficamente, hay concentración de comunicadores de la ciencia en Madrid, seguido de Barcelona.


El comunicador de la ciencia comenzó estudiando una carrera de ciencia o tecnología, pero luego recibió formación específica en comunicación científica. Por carreras sueltas, el Periodismo predomina (con un 30,4%), pero si agrupamos las ciencias y las ingenierías, esa es la formación mayoritaria (43,10%).Muy bien formado y mal pagado

Pese a que su nivel académico es universitario (con cifras muy igualadas de licenciados, máster oficial y doctorados), la franja salarial donde se ubican más comunicadores (34,3%) se sitúa por debajo de los 18.000 euros brutos al año. Un dato que habla de la precariedad instalada en el sector.


Comparadas las cifras salariales por sexo, las mujeres se concentran en las bandas medias y desaparecen de los puestos con mejores sueldos. El techo de cristal de las comunicadoras: 35.000 euros brutos anuales.


La profesión de comunicador de la ciencia se ejerce sobre todo desde el ámbito del periodismo (35,4%). ¿Desde qué tipo de medios? La prensa digital (33,1%) ya está a la cabeza, seguida de la prensa impresa no diaria (21,5%).


Pero desde ámbitos no periodísticos también se comunica la ciencia: gabinetes de comunicación (30,9%), empresas de divulgación (28,4%), unidades de cultura científica (18,5%), agencias de comunicación (14,8%) y museos de ciencia (7,4%).


La ciencia llega a la sociedad desde el papel, internet y en directo. El 72,8% de los comunicadores escribe artículos, el 58,9% utiliza profesionalmente las redes sociales, el 44,3% organiza actividades de divulgación y el 34% da charlas. Más de la cuarta parte tiene un blog. Y las redes sociales preferidas son Twitter y Facebook, y, en el ámbito gráfico, Instagram.

Qué futuro nos espera
La semana pasada, ‘Ciencia en Redes’, el encuentro que organiza anualmente la Aecc, volvió a reunir en Madrid a la comunidad de comunicadores científicos en torno a la comunicación digital. Una mesa redonda, moderada por Pampa García Molina, redactora jefe de Agencia Sinc, analizó el ‘Periodismo de ciencia y redes sociales: qué futuro nos espera’, comenzando por reflexionar sobre cómo la persecución del click a toda costa está cambiando la manera de hacer periodismo.


Antonio Villarreal, de ‘El Español’, mostró el gran reportaje ‘No hay cura sin diagnóstico’, financiado con una beca del Centro Europeo de Periodismo: «Algo así nunca compensa en clicks, sí en marca». En su caso, «más del 60% de las visitas a la web de elespanol.com vienen a través de las redes sociales», pero «es un gran misterio por qué hay contenidos que triunfan en redes y otros artículos muy trabajados apenas se ven».


Michele Catanzaro, periodista freelance, destacó el papel de las redes sociales como fuentes, «más allá de las rutinas del periodismo estándar», aunque recordó que «el negocio de las redes sociales no es hacer fluir la información, sino conseguir nuestros datos».


García Molina preguntó si, comunicando ciencia, se puede «ser viral sin gatitos». Para Villarreal, «la viralidad debe ser una herramienta, no un fin».


Convencidos de que importan más las visitas que los retuits, se comentó también cómo las redes fomentan la polarización de opiniones (el ‘cuñadismo’), pero también la autocensura y el silencio.


Catanzaro habló del modelo ‘web first’, según el cual se escribe para la web y un equipo de ‘empaquetadores’ adapta los artículos al papel. En su opinión, «que la tecnología influya no es un problema, siempre que la línea roja, en la transición al nuevo modelo, sea hacer periodismo».

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