¿Es celiaquía o colon irritable?

Los expertos recuerda que el diagnóstico de la sensibilidad al gluten no celíaca puede equivocarse con otras patologías.

Desarrollan un sensor ingerible para diagnosticar hemorragias en el estómago.
Ambas patologías comparten síntomas, como el dolor y la hinchazón abdominal

Actualmente, se estima que el 10 por ciento de los españoles son sensibles al gluten, explica el doctor Gonzalo Guerra Flecha, especialista en digestivo del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas, quien destaca la aparición de un nuevo diagnóstico, el de la sensibilidad al gluten no celíaca, una patología que puede ser confundida con el síndrome de intestino o colon irritable.

"Tenemos aquí a un colectivo de 5,2 millones de personas que tienen alguna patología relacionada con el gluten. Y puede que este número sea más elevado, ya que hasta que se descubrió la sensibilidad al gluten muchos pacientes eran diagnosticados de síndrome de intestino o colon irritable", advierte el experto.

Lo cierto es que algunos de los síntomas como el dolor y la hinchazón abdominal y la alternancia de periodos con diarreas y estreñimiento coinciden. Los primeros se diagnostican después de realizar una batería de pruebas que descarten algún problema funcional u orgánico en el aparato digestivo: analítica, ecografía abdominal, gastroscopia y colonoscopia y biopsias intestinales.

"Si todos los resultados son negativos, es decir, cuando no hay nada patológico que explique esos síntomas, es cuando se diagnostica de alguno de los dos síndromes: el de intestino o el de colon irritable, siendo más frecuente el segundo", añade Guerra Flecha.

Las pruebas para la intolerancia al gluten, como el análisis de los anticuerpos antigliadina, antiendomisio y antitrasnglutaminasa y la biopsia duodenal, tampoco sirven para diagnosticar la sensibilidad al gluten no celíaca. "Esta también puede ser una causa de que antes de que se supiera de la existencia y el diagnóstico de la sensibilidad al gluten, cuando también estas pruebas eran negativas, el diagnóstico fuera el de intestino o colon irritable", añade el fundador de CMED.

El experto recuerda que la sensibilidad al gluten no celíaca es una patología conocida y que los especialistas tienen en cuenta a la hora de hacer diagnósticos diferenciales, como es el caso de los síndromes de intestino y colon irritable.

En cuanto a la sintomatología, una de las principales características de la sensibilidad al gluten no celíaca es que también presenta gran cantidad de manifestaciones extradigestivas, "lo que ya puede darnos una pista de lo que tenemos entre manos".

Los principales síntomas son dolor persistente en la zona abdominal e hinchazón, estreñimiento, diarreas frecuentes, náuseas, vómitos, anemia, eccemas o erupciones en la piel, dolor de cabeza y fatiga y confusión, adormecimiento o dolor de las extremidades, alteraciones menstruales y dificultad para conseguir un embarazo, y alteraciones en el número y forma de los espermatozoides.

En su opinión, para su correcto diagnóstico lo principal es descartar que no se trate de intolerancia al gluten. "Estas pruebas la mayoría de las veces son negativas. Hay que recurrir a un análisis específico de la genética del gluten, con el estudio de dos genes, HLA DQ2 y HLA DQ8 y con tres variantes en cada uno. Según el número de positivos, hablamos de menor o mayor sensibilidad y establecemos el tiempo necesario de abstención de tomar gluten", aclara.

Una vez pasado el tiempo de retirada del gluten de la alimentación, se lleva a cabo una dieta de reintroducción al gluten. "Ésta se hace según un protocolo que tenemos establecido en CMED para los diferentes grados de sensibilidad al gluten no celíaca y una vez concluida, el paciente puede volver a tomar gluten con normalidad", concluye.

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