Ramón Lanzón Lacruz: "Que gane el Real Zaragoza es bueno para la salud"

Ramón Lanzón Lacruz (1940, Zaragoza) fue presidente de la Sociedad Hispano Alemana de Ginecología y Obstetricia.

Hace unos días nació Ciro, el tercer hijo de Lionel Messi. Cualquier ginecólogo habría querido asistir en ese parto. Mucho más el expresidente de la Sociedad Hispano Alemana de Ginecología y Obstetricia, de la Española (SEGO) y de la Aragonesa (AGOA).

He asistido a muchísimos partos. Es maravilloso ver nacer a la vida. He tenido la suerte de trabajar en lo que me gusta. La medicina me ha reportado muchísimas satisfacciones, tanto en el advenimiento a la vida como en el tratamiento del cáncer genital femenino.

¿Qué siente cuando se reencuentra con una paciente sanada?

Es muy satisfactorio saludar a personas a las que has visto nacer, pero la sensación de abrazar a una paciente después de superar un cáncer que has operado es única.

Hablando de partos, hay quien pone a parir a la sanidad española.

Es injusta esa apreciación. La sanidad pública española es la mejor del mundo. Además de en Zaragoza, me formé en Italia, con el profesor Ingiulla, uno de los mejores cirujanos ginecológicos del mundo. Allí me envió mi maestro, el profesor Eugenio Recasens, catedrático en Zaragoza. Realicé la primera guardia y asistí al primer parto en la Maternidad. Durante 25 años he tenido la suerte de dirigir el servicio de Ginecología del Hospital Miguel Servet. En los últimos 40 años se ha avanzado más que en los dos mil años anteriores.

¿En qué?

En todo. En cirugía, anestesia, quimioterapia y radioterapia. El elevado índice de supervivencia lo refleja. Los avances de la ciencia y el trato con el enfermo, algo que me enseñó mi padre, Aurelio Lanzón, son básicos. Todo esto se lo he inculcado a mi hijo, el también ginecólogo Alberto Lanzón. Tengo dos hijas más: Patricia, que es economista, y María, periodista.

Dicen que el equipo de Ginecología del Hospital Miguel Servet es ‘top’ en España...

Sin duda. Igual en mi etapa que en la actual. Ese es mi mayor orgullo, el equipo. Porque un entrenador no es nada sin buenos jugadores.

Recurre al símil futbolístico…

El fútbol, el Real Zaragoza, es mi otra gran pasión después de la medicina y mi familia. Soy el abonado número 78. Comencé a ir al fútbol en Torrero. Iba con mi abuelo, Ramón Lacruz, que era el podólogo del Real Zaragoza. Yo solo tenía once años. Iba con él a los vestuarios. Allí me quedaba admirado viendo a Lerín, Juanito Jugo...

Lo que vino después en La Romareda fue mejor…

Después conocí a Lapetra y a Los Magníficos, y sigo siendo muy amigo de Violeta. Siento en lo más profundo de mí al Zaragoza. Tanto que creo que he ido a todos los partidos como local desde 1957.

Qué me dice… ¿A todos?

Yo diría que sí.

Recuerdo que en noviembre me crucé con usted en la calle Costa. Me confesó el hecho de que había ido a todos los partidos, pero que no iba a ir esa tarde, que estaba desanimado…

Sí, sí, recuerdo que me insistió usted en que fuera, que no abandonara nunca al Real Zaragoza. Al final, fui. ¡Y ganamos ese día!

Al Rayo. Con un pelín de suerte, pero ganamos.

Ahora estamos mucho mejor. Además, la gente tiene mejor salud cuando el Zaragoza gana.

Cuidado, que lo está afirmando un médico de postín…

El estado de ánimo es algo fundamental. Por supuesto, también para afrontar la enfermedad.

¿Qué tal salud tiene ahora el Zaragoza?

Muy buena. Tiene optimismo, ilusión, algo esencial para cualquier actividad vital. Hablo habitualmente con Lalo Arantegui, director deportivo del club. Juega en el equipo Veteranos Universidad, del que soy presidente de honor.

Y equipo en el que usted jugó de lateral derecho. Moncho Lanzón, el Stanley Matthews del fútbol aragonés…

Eso me lo decían porque me retiré superados los 60 años. O sea, solo por la edad, no por mi fútbol...

Tienen jugadores de tronío…

Ya lo creo: Juan Señor, Pérez Aguerri, Bernad, Moisés, Lalo, Javi Suárez, Iñaki Sopesens, Quique Herreros, Maruan…

Como se deje alguno, se va a mosquear...

No se molestan. Cuando uno juega en veteranos es porque ama el fútbol, no porque persiga ningún protagonismo. Son grandes jugadores. Y grandes zaragocistas. A ver si seguimos ganando. Como le dije, que gane el Real Zaragoza es bueno para la salud.

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