Hallan un objetivo único para luchar contra tipos de cáncer

Investigadores del CNIO identifican la forma de desactivar un gen presente en más de la mitad de los tumores comunes en humanos.

Reconstrucción digital de la distribución de exosomas tumorales (en verde) en pulmones de ratón durante la formación del nicho premetastásico.
Reconstrucción digital de la distribución de exosomas tumorales (en verde) en pulmones de ratón durante la formación del nicho premetastásico.
Héctor Peinado/SINC

Un equipo de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha identificado una manera de interrumpir la actividad de un gen implicado en más de la mitad de los tumores humanos. La mayoría de ellos, además, muy agresivos. Su trabajo, que publicaron ayer en la revista científica Nature Communications, abre un camino para el desarrollo de nuevas terapias que podrían ser eficaces frente a muchos tipos de cáncer como algunas variantes de los que afectan al pancreas, a los ovarios o al colon, y también contra algunos tipos de linfoma. De momento solo lo han probado en ratones con tumores, en los que han logrado frenar el avance de su enfermedad.


El trabajo llega tras siete años de investigación sobre MYC, un gen implicado en todo tipo de funciones dentro de las células, donde afecta a su crecimiento, a su proliferación, a su diferenciación -especializarse y convertirse en parte de la piel, o del corazón o de cualquier otro órgano- y también a su muerte controlada.


Cuando se mira en las tripas de un tumor humano, es probable encontrárselo, aunque mutado y funcionando fuera de control. "Es un controlador general de la actividad de la célula", explica Paco Real, jefe del grupo de Carcinogénesis Epitelial en el CNIO y coautor del trabajo. "Es uno de los pocos genes que, si lo eliminas, haces inviable a la célula". Como atacarlo de frente y de forma general pondría en peligro la supervivencia de todas las células del paciente, y no solo de las tumorales, los investigadores han tenido que buscar un objetivo que aparezca solo cuando el gen MYC ha dejado de funcionar correctamente. Y creen que han encontrado una forma de interrumpir su actividad solo cuando está desregulado. Es decir, cuando ayuda al cáncer a prosperar.Análisis de datos

Para encontrar un punto débil en MYC, y que además fuese uno que solo aparece cuando ha perdido el control, los investigadores del CNIO recurrieron a la bioinformática. Al análisis masivo de enormes bases de datos que ayudan a encontrar patrones. Así llegaron a otro gen, denominado BPTF, asociado con el primero pero al que sí pueden atacar con fármacos. "Vimos que cuando eliminábamos la función de BPTF resultaban afectados muchos genes que se sabe que dependen de MYC; ello nos hizo pensar que MYC necesita a BPTF para realizar su acción biológica", explica Real.


Para poner a prueba lo que señalaba el análisis de datos, crearon ratones con la variante del cáncer de páncreas asociada a la desregulación del gen MYC y les proporcionaron un fármaco capaz de inhibir la función de BPTF. Sus resultados apuntan a que así desactivan los procesos biológicos que regula MYC, impiden a las células tumorales reproducirse y reducen la agresividad del tumor. Es decir, éste crece más despacio o, sencillamente, interrumpe su expansión. "Proponemos que, para tratar los tumores dependientes de MYC, usar pequeñas moléculas que interrumpan la interacción entre MYC y BPTF puede ser un abordaje interesante", afirman los autores en su artículo. Atacar a BPTF, sospechan, puede ayudar a mejorar el tratamiento de muchos tipos de cáncer.


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