Esperandote

Tanto buscarte por tugurios inmundos, por callejuelas bohemias, tanto ponerme vacunas para viajar a países exóticos y... ¿para qué? Estuve en lugares inhóspitos, vi revoluciones y revueltas. Incluso una vez una infección estuvo a punto de terminar con mi vida en Nueva Dehli. Y un día esperando el ascensor te conocí. Y resultó que eras aragonés, como yo y que estabas preparando el MIR en el segundo. Tanto buscarte para conocerte en el rellano, donde me comentaste que habías estado trabajando para una ONG en todos los países donde yo había estado buscándote y mira que hasta que es posible que nos hayamos cruzado en un bazar de El Cairo o en un templo de Yakarta. Y ahora que te conozco, me dices que lo tuyo no es estar encerrado, y eso me duele, porque solo me queda esperarte, aunque se que cuando el heliotropo florezca por tercera vez me encontrarás aquí, trabajando a destajo en el Más por Menos.


Lea todos los relatos que participan en el concurso.