Pilarín

Pilarín era una brujita maña muy aplicada que se pasaba la mayor parte del día estudiando pócimas para ser una gran bruja. Un día pensó que también tenía que divertirse y mandó un wasap a sus amigos proponiéndoles que fueran a su casa. Rápidamente fueron acudiendo Jorge, el fantasma jotero, Agustina, la vampiresa, Miguel, el monstruo de las frutas de Aragón y Dolores, la zombi.


Una vez que estuvieron todos reunidos Pilarín les explicó que quería hacer una fiesta parecida a la que hacen los niños el 1 de noviembre. Además, no tenían que disfrazarse, con llevar la ropa de todos los días sería suficiente, irían a las casas para que les dieran esas cositas dulces y de colores que dicen que están tan ricas y que ellos nunca habían probado y si no tenían les darían un susto pero con cuidado que los humanos parecían delicados.


Llegó el día elegido y fueron de Belchite viejo, donde estaban sus casas, hasta el pueblo nuevo, llamaron a las puertas y consiguieron una gran cantidad de caramelos, así se llamaban las cositas dulces, además conocieron a algunos niños humanos que al pensar que iban disfrazados se hicieron amigos de ellos.


Fue una gran fiesta que celebrarían todos los años.