Travesía por Aragón

Desde la ciudad medieval de Albarracín comienzo mi cruzada por tierras aragonesas, me dirijo al Bajo Martín, donde un gran estruendo invade mi cabeza por el retumbar de los tambores, siguiendo mi camino, llego a orillas del río Ebro, a la ciudad de Zaragoza, donde lugareños relatan las épicas gestas de sus valientes habitantes, de su historia y de sus monumentos destacando como no, la Basílica del Pilar y sus milagros.


Más tarde reprendo mi ruta por las áridas tierras aragonesas, hasta los Pirineos, ascendiendo el majestuoso Aneto, donde tantos mitos y leyendas se levantan, como poder abandonar esta tierra tan magnánima, si todo lo que tengo, lo tengo aquí, donde yo nací.