El empresario zaragozano Alberto Fernández conduce con orgullo su Seat 124, una de las unidades de la primera serie del fabricante español que su tío Silvio compró en 1969 en el concesionario oficial de entonces de la capital aragonesa. Mi tío, que trabajaba en la CAI, era muy viajero, así que con el coche se recorrió media Europa e incluso lo usó para el viaje de novios que realizó por Italia y Grecia".

Cuando salió al mercado, el 124 era un cochazo que apareció poco después del Seat 600, espacioso, con buen maletero, 60 caballos de potencia. Mi tío lo compró por unas 130.000 pesetas, aproximadamente, (unos 730 euros)", cuenta Alberto.

Aficionado a los coches y a las motos, miembro del Club del Mini, el actual propietario del 124, que recibió de su tío hace unos 12 años, conserva con cariño y en perfecto estado el vehículo. Ahora, el 124 sale a la carretera de vez en cuando, en concentraciones o, por ejemplo, en la Subida a Borja del pasado año. Pasó la ITV en 2018 y es capaz de alcanzar los 140 km/h, eso sí con mucho ruido dentro, como eran los coches de antes". Su precio actual ronda los 2.500 euros, pero lo importante para Alberto es que da buen rollo". Al fin y al cabo, en todas las casas españolas ha habido una historia de Seat", cuenta.

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