Los grancanarios Onán Barreiros y Aarón Sarmiento afrontan a partir de el miércoles su participación en la clase 470 masculina de los Juegos de Londres 2012 y lo hacen con ganas de que en esta disciplina vuelva a reverdecer los laureles acumulados en la historia olímpica española.

El 470 masculino se llevó la plata en Montreal'76 con Toño Gorostegui y Pedro Luis Millet, en Los Ángeles'84 lograron el oro con Luis Doreste y Roberto Molina y en Barcelona'92 Jordi Calafat y Francisco Sánchez Luna también se subieron a lo más alto de podio.

Desde entonces, el 470 de hombres ya no ha logrado más medallas en los Juegos, aunque Barrientos y Sarmiento se quedaron hace cuatro años en Pekín 2008, en su primera experiencia olímpica, cerca cuando en la ultima regata llegaron a navegar mucho tiempo segundos y terceros, aunque finalmente se tuvieron que conformar con un meritorio diploma al ser quintos.

En estos cuatro años, Barrientos, de 30 años y que ejerce de patrón, y Sarmiento, tripulante que el 26 de este mes cumple 26 años, han acumulado mucho trabajo y experiencia, lo que le ha situado siempre en las primeras posiciones de la pruebas internacionales, como el quinto puesto en los Europeos de 2011 y esa misma posición en la 'Sail for Gold' de este año.

La pareja española, que navega junta desde 2004, tiene esa frontera del quinto puesto que espera rebasar en los campos de regatas de Weymouth, la subsede olímpica de vela que es muy del agrado de los dos por sus similares condiciones de navegación que en Las Palmas de Gran Canaria.

No lo tendrán fácil porque el elenco de rivales es muy fuerte en esta clásica disciplina que se hizo olímpica precisamente en Montreal y cuyo primer oro fue para España.

Australia es la dominadora absoluta de los últimos años, al ganador el oro en Pekín 2008 y, consecutivamente, los Mundiales de 2010, 2011 y 2012.

Británicos, franceses y croatas, que se ha repartido las otras medallas en los Campeonatos Mundiales en este período olímpico desde China a Londres, son otros equipos difíciles de batir, pero en esa frontera los españoles esperarán su oportunidad.