Fomento deja sin fecha de conclusión la A-23 al mantener bloqueados dos de sus tramos

Lanave-Jabarrella está en las cuentas de 2015 pero no en 2016. Los Presupuestos del próximo año incluyen 60 millones para las obras paralizadas, cuyo estreno se retrasará hasta 2020.

La autovía entre Huesca y Jaca, la A-23, acabará otra legislatura sin tener una fecha de conclusión. Dos de los seis tramos pendientes de finalización ni siquiera aparecen en los Presupuestos Generales del Estado de 2016, mientras la puesta en servicio del resto se retrasa un año más, hasta 2020. El mismo Partido Popular que criticó al Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero por paralizar las obras en la A-23 en el verano de 2011 es el que mantiene los proyectos para desdoblar la carretera N-330 entre Lanave y la variante de Sabiñánigo aparcados en alguna estantería ministerial.


El borrador de Presupuestos presentado el martes por el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, evidencia incluso que uno de los tramos pendientes de la autovía, los siete kilómetros entre Lanave y el embalse de Jabarrella, se ha volatilizado. El Ministerio de Fomento lo incluyó en las Cuentas de 2015 con una partida plurianual de 36,38 millones de euros que fijaba su inauguración en un plazo de cuatro años, aunque demoraba el inicio de las obras hasta 2017. Ahora, directamente, ha desaparecido. No consta en la inversión regionalizada del Ministerio ni en la de la Sociedad Estatal de Infraestructuras de Transporte Terrestre (Seittsa).


Los dos tramos sin fondos estatales llegaron a ser adjudicados en la pasada legislatura, pero las obras no se iniciaron debido a la rescisión de los contratos por parte del exministro José Blanco en 2011. Se vieron afectadas una gran constructora nacional, Dragados, y otra de Valladolid, Begar, que entró en concurso de acreedores con antelación, en 2009, y no pudo asumir siquiera la obra.


Para el resto de la autovía sí habrá partidas suficientes para desbloquear los trabajos. En total, para los cuatro tramos comprendidos entre el congosto del Isuela y la variante de Sabiñánigo se han consignado más de 60 millones de euros, casi un tercio de todo el dinero previsto para actuar en las carreteras de Aragón en 2016. Eso sí, solo al sector comprendido entre Caldearenas y Lanave (que tenía consignación para 2015 aunque los trabajos no avanzan) se destinarán 40,5 millones para darle el empujón que ya estaba previsto para este año.


Lo mismo sucede con los dos tramos previos, los de subida y desdoblamiento del túnel del Monrepós. Tanto las obras del congosto del Isuela-Arguis como Monrepós-Caldearenas deberían avanzar a buen ritmo, pero a estas alturas se mantienen paralizadas. Fuentes cercanas al Ministerio de Fomento mostraron su confianza en que se puedan retomar antes de finalizar el año en la zona del congosto, tras salvar las diferencias con la Dirección General de Carreteras. En este caso, la constructora adelanta la financiación y cobrará los 62,19 millones en los que está presupuestado sus 3,2 kilómetros en 2020, ya que se ejecuta mediante el modelo alemán.


Por último están los 6,9 kilómetros que quedan pendientes de rematar en la circunvalación de Sabiñánigo. La ministra de Fomento, Ana Pastor, está decidida a desempolvar el proyecto, por lo que ha reservado algo más de un millón de euros para sacar a concurso las obras, incluida en una partida plurianual 65,1 millones que fija su inauguración en 2020.


De los once tramos en los que se divide el proyecto de la A-23 entre Huesca y Jaca, solo hay en servicio cinco, que carecen de continuidad.

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