Según pudo saber este periódico, Salud Pública confirmó hace algunos días dos de los casos y en las últimas horas se habrían sumado los otros dos. Los afectados han necesitado hospitalización, aunque al menos uno de ellos ya habría recibido el alta hospitalaria. El director general de Salud Pública en funciones, Francisco Sancho, transmitió tranquilidad a la población y aseguró que los técnicos están investigando todas las posibles casusas y si todos los casos tienen el mismo foco de contagio. "Se están estudiando todas las hipótesis", apuntó. Sancho explicó que aunque durante el año es normal que se registre algún caso de esta enfermedad, lo "raro y extraño" es que en tan poco espacio de tiempo, los médicos hayan detectado la bacteria en cuatro vecinos de la localidad, que además no son muy mayores.

La legionelosis no se transmite de persona a persona, aunque la bacteria puede multiplicarse en torres de refrigeración, sistemas de abastecimiento de aguas y otros lugares en los que haya depósitos de aguas. Prolifera a una temperatura de entre 20 y 45 grados y solo se contagia por vía respiratoria mediante inhalación de aerosoles de agua infectada. La población de riesgo normalmente son personas inmunodeprimidas (con las defensas bajas).

El alcalde de Borja, Eduardo Arilla, confirmó que Salud Pública le había notificado dos de los casos y a primera hora de la tarde de ayer estaba pendiente de la confirmación oficial de los otros dos. Explicó que los técnicos le han pedido calma y le aseguraron que se trataba de casos aislados y de que por ahora no era necesario tomar ninguna medida entre la población.

Normalmente, son las grandes instalaciones las más afectadas por brotes de legionelosis. El Refugio o la cárcel de Zuera han sido algunos de los últimos años. No obstante, el más importante se dio a mediados de 2004 en el hospital Clínico, donde se registró un episodio cuyo origen estaba en dos de las torres externas de refrigeración del centro.

Un mes después, ya se habían diagnosticado 34 casos, de los cuales 28 se encontraban ingresados. Este fue el brote más importante registrado en la capital aragonesa desde el año 1996. Ese año, se acordó además que esta enfermedad fuera de declaración obligatoria y se tomaran medidas para prevenirla.