El secreto de la innovación colaborativa

IDIA es un clúster innovadorque integra a algunas de las empresas más representativas de Aragón, como General Motors o el grupo Samca.

El secreto de la innovación colaborativa
El secreto de la innovación colaborativa

IDIA es un clúster innovador. La palabra ‘innovación’ es la que da luz a la tercera letra de nuestro acrónimo (Investigación, Desarrollo e Innovación en Aragón), por lo que en Idia llevamos la innovación en el ADN. Nuestro nacimiento vino de la mano de una serie de reuniones, más o menos informales, entre varios directores y ejecutivos de informática de algunas de las empresas más representativas de Aragón, como General Motors o el grupo Samca. Después, con el tiempo, fuimos incorporando otro tipo de instituciones al clúster, como las universidades, tanto la Universidad de Zaragoza como la Universidad San Jorge, o centros tecnológicos como Itainnova, pero esa génesis original marcó tanto el carácter de nuestra organización como nuestra aproximación a la innovación; y las palabras clave son Innovación, colaboración y empresa.


En una ocasión, escuché una definición de innovación que siempre me ha parecido muy acertada. Probablemente no será la mejor definición ni se ajustará a la teoría, pero creo que no anda muy desencaminada del espíritu. Decía algo así como que "investigación es convertir dinero en ideas. Innovación es convertir ideas en dinero". Este podría ser un buen ‘leit motiv’ para el que creo que debe ser el objetivo último de la innovación: convertir las buenas ideas en riqueza y, por ende, en bienestar para la sociedad y los ciudadanos. Para ello, el papel de nuestras empresas es ser la palanca que convierte esas buenas ideas y conocimiento, que surgen de la investigación de nuestras universidades y centros tecnológicos, en innovación aplicada que genera riqueza para la región. Una de las misiones principales de IDIA es ser correa de transmisión o acelerador de este ciclo virtuoso.


Concebimos la innovación como un proceso colaborativo. El nacimiento de IDIA fue una situación espontánea cuando diversas empresas se vieron en la necesidad de compartir información y experiencia sobre programas SAP, con Antonio Novo desde el principio actuando como la levadura que levanta el pastel. El hecho de no ser competencia unas empresas de otras, más bien al contrario, que cada una pertenece a un sector diferente, está en la base del éxito de las iniciativas de innovación que hemos lanzado a lo largo de estos años. Este hecho es diferencial y un rasgo muy destacable de IDIA frente a otro tipo de agrupaciones innovadoras. No tenemos miedo a colaborar entre nosotros, sabemos que el fruto de esa colaboración va a ser siempre positivo para todos y cada uno de los miembros que colaboren. En una organización en la que están presentes competidores del mismo sector, estoy seguro de que también se pueden alcanzar grandes éxitos y probablemente tenga muchas ventajas, pero es difícil que pueda darse un nivel tan franco y abierto de colaboración entre socios. Y este ambiente abierto es terreno abonado para la generación de ideas e iniciativas innovadoras.


El resultado de la innovación colaborativa entre empresas han sido proyectos de calado como la implantación de soluciones de facturación electrónica y la tecnología RFID aplicada en distintos procesos. Está siendo el apoyo a proyectos con las últimas tecnologías, como el geoposicionamiento de interiores en Simply y Pikolin o la rehabilitación de pacientes usando realidad virtual/aumentada de la mano de MAZ, así como otros proyectos internacionales enmarcados en el plan Horizonte 2020 de la Unión Europea. Nos ha llevado a colaborar con el Gobierno de Aragón en materia de empleo y talento TIC, a facilitar a BSH formación privilegiada en SAP, y a organizar eventos como el Procom, que sirven de escaparate de las próximas tendencias tecnológicas destinadas a cambiar el mundo tal y como lo conocemos.


Como resumen, IDIA es un agente para que la (I)nvestigación sea una palanca del (D)esarrollo mediante la (I)nnovación en (A)ragón. Y la C de (C)olaboración no forma parte del acrónimo porque no encontramos una manera eufónica de introducirla, pero es un concepto que tiene, para nosotros, el mismo valor que los anteriores.