El presidente del consejo de Candanchú renuncia junto a dos consejeros por desavenencias internas

Carlos Ubide alega "motivos personales", pero en su decisión han pesado las diferencias con el núcleo mayoritario de accionistas.

Ni un año ha durado en el cargo. El presidente de la empresa que gestiona la estación de Candanchú (Etuksa), Carlos Ubide, comunicó el viernes por burofax que dejaba su cargo, una decisión en la que le han acompañado los dos consejeros de su máxima confianza, Ramón Navarro y Amaya Vallejo, y que viene motivada por desavenencias internas.


Carlos Ubide aseguró ayer a este diario que se marchaba "un poco frustrado", puesto que no ha podido sacar adelante el proyecto con el que asumió el cargo el pasado verano: reflotar la estación y convertirla de nuevo en un referente del esquí. Oficialmente, este empresario alega que deja la presidencia de Etuksa por "motivos personales", ya que la estación requería mucho tiempo y estaba desatendiendo sus negocios. "Me tengo que dedicar a mis cosas, que las tengo abandonadas", insistió.


Fuentes de Etuksa señalaron que su decisión se explica por sus desavenencias con el núcleo mayoritario de accionistas, en manos vascas, que habían aumentado en las últimas semanas. Y afectaba a uno de los temas centrales para la supervivencia de la estación, la búsqueda de un comprador que garantice la supervivencia. Ubide se implicó personalmente e intentó en un primer momento convencer a Aramón de que integrara la estación del valle del Aragón en su grupo.


El nuevo consejo de administración asumió que el ‘holding’ no quería hacerse con la propiedad de Etuksa, pero la interlocución se mantuvo en todo momento abierta entre las partes.


Los contactos para buscar socios capitalistas dispuestos a reflotar la estación continuaron con absoluto sigilo. Al parecer, uno de los principales accionistas le "puenteó" en las negociaciones con un potencial inversor español, lo que explicaría realmente su dimisión.


Su marcha se produce en un momento delicado para la estación de Candanchú, con una campaña nada propicia y un acuciante plan de pagos pactado con sus acreedores que debe cumplir.


La decisión no ha cogido de sorpresa a los implicados, según pudo contrastar este diario, pero obliga de nuevo a hacer movimientos en Etuksa tras el pacto alcanzado en julio de 2014 entre 190 accionistas para desalojar al histórico director y accionista Eduardo Roldán.