Zaragoza tenía más de 20 torres cuando se construyó la Torre Nueva

El 22 de julio de 1504 se acordó construir una "torre de reloj y campanas" que fue llamada ‘Nueva’ porque estaba rodeada de otras antiguas.

El 22 de julio de 1504 el Concejo de Zaragoza acordaba levantar una torre de reloj y campanas de gran altura para sus toques fueran oídos en toda la ciudad –las jornadas laborales debían establecerse con regularidad y precisión, al margen del sol y de las horas canónicas–. Pero, además, debía ser tan hermosa y armoniosa como para ennoblecer el casco antiguo; y fue llamada ‘Nueva’ porque estaba rodeada de otras antiguas –más de 20 fantásticas torres crecían en la Zaragoza entonces–. Tenía una altura de unos 80 metros y 60 de diámetro, planta de estrella de 16 puntas y tres cuerpos. En el primero, se instaló el reloj –construido en Lérida, costó 100 florines–; en el último, las campanas, la mayor de ellas iría a parar tres siglos más tarde a la basílica del Pilar. Verdadera joya del mudéjar aragonés, se terminó hacia 1540 y desde el principio mostró una cierta inclinación, probablemente porque fraguó más rápidamente el lado de la torre expuesto al sol. Este hecho nunca puso en peligro su estabilidad, por lo que su desaparición se debió a la ‘ceguera’ de unos pocos zaragozanos.