Monegros Desert vuelve a sus orígenes, se divide en dos jornadas y reduce su aforo

"Abrimos una nueva etapa, igual de transgresora pero menos comercial y más humana", afirma el promotor de la cita, Juan Arnau

El festival Monegros Desert se reinventa y cambia de formato. j. Blasco
Monegros Desert vuelve a sus orígenes, se divide en dos jornadas y reduce su aforo
j. Blasco

Monegros Desert Festival vuelve a sus orígenes. Tras 21 años de frenética expansión, la familia Arnau agarra con fuerza las riendas de su caballo ganador y guía sus pasos hacía una nueva etapa, "igual de transgresora, pero menos comercial e, incluso, más humana". Así lo asegura su principal promotor, Juan Arnau, y sus dos hijos, Juan y Cruz, que tienen en mente evolucionar respetando la idea original del festival: "conseguir que la gente se divierta bailando".


En su momento, ese fue el germen de la mítica Florida 135 y por supuesto, del Monegros Desert Festival. Para volver al principio, aplicarán cambios drásticos. Del conjunto, solo avanzan algunos detalles y para ello, usan las redes sociales. De momento, han resucitado su nombre original (Groove Parade) y, para sorpresa de sus seguidores, han anunciado la celebración de dos días de festival: 17 y 18 de julio. En realidad, serán casi tres jornadas, ya que el viernes habrá artistas de 20.00 a 8.00; y tan solo cuatro horas después dará inicio la segunda gran sesión, que comenzará el sábado a las 12.00 y finalizará el domingo a las 10.00. De nuevo, el lugar elegido será el desierto de Los Monegros, esa gran extensión entre Fraga y Candasnos, que lleva dos décadas convirtiéndose en el oasis de los amantes de la música electrónica. Para el viernes, el aforo quedará limitado a 5.000 entradas y para el sábado, a 15.000, lo que dista mucho de los 42.000 asistentes de la edición de 2014.


La explicación está en la nueva filosofía del festival: "se trata de algo nuevo, donde los escenarios y las macrocifras ya no son lo único importante", apunta Arnau. Antes de la última edición, los promotores del festival estuvieron a punto de vender el proyecto a una empresa americana. No obstante, Arnau reconoció ser un romántico, incapaz de traspasar su criatura, y al final, optó por conservarla animado por la idea de un cambio. "Hemos analizado la actual escena internacional y, desde el desembarco de los americanos, ya nada va a ser igual. Vamos a darle la vuelta de nuevo y vamos a ser transgresores; vamos a dejar lo comercial para las multinacionales del ocio, que se dirigen a las grandes masas y que irremediablemente llevarán este tipo de proyectos al más absoluto desastre", apunta Arnau. Monegros Desert Festival vuelve a su faceta más ‘underground’, ese término que define a los alternativos, a aquellos que desean ser diferentes, al propio espíritu de la familia Arnau.


Para su relanzamiento, ha sido creado un nuevo perfil de Facebook, y dentro del mismo aparece un vídeo al que acompaña la frase: "¿Puedes imaginarte cómo empezó todo? Groove Parade, descubre el alma del desierto". A diferencia de los anteriores, no hay imágenes, solo música y reflexiones de algunos protagonistas de la Groove Parade del 2000, entre ellos, Matthew Herbert, que dice: "Mi ambición es hacer bailar a la gente". Toda una declaración de intenciones.