La sala CAI Barbasán de Zaragoza cierra y traslada su actividad al Joaquín Roncal

?La nueva etapa se estrena con la muestra ‘Mudanza’, con obras de 40 aragoneses que expusieron en la última década.

Pilar Álvarez, Antonio Abad, Luis García Bandrés y Georges Ward, en la exposición.
La sala CAI Barbasán de Zaragoza cierra y traslada su actividad al Joaquín Roncal
José Miguel Marco

Después de 52 años con las puertas abiertas en el número 33 de la calle Don Jaime de la capital aragonesa, la sala Mariano Barbasán cierra y el proyecto de promoción de exposiciones de artistas jóvenes y emergentes se traslada al Centro Joaquín Roncal, manteniendo el nombre del pintor zaragozano del siglo XIX. Esta etapa se estrena con una muestra que lleva el simbólico título de ‘Mudanza’ y que reúne la obra reciente de 40 artistas aragoneses que impulsaron sus carreras colgando sus obras en las paredes de la Barbasán en la última década.


La imposibilidad de acometer la modernización que requería el espacio de la Barbasán y los inconvenientes para instalar un ascensor en las instalaciones motivaron la decisión de bajar la persiana a finales del año pasado. La sala seguirá siendo propiedad de la Fundación Caja Inmaculada, que mantiene el apartado social y cultural de la CAI después de que la parte económica se fusionara con Ibercaja.


"Necesitaba una modernización importante, tenía paredes de formica y seguíamos colgando con rieles e hilo de pescar. Además, había que hacerla accesible para personas con movilidad reducida y surgieron inconvenientes tanto técnicos como económicos", explicó el director del servicio cultural de la Fundación Caja Inmaculada, Antonio Abad, en la presentación de la primera muestra de la nueva andadura. Abad descartó una futura reapertura: "Querríamos decir que el cierre no es definitivo, pero nos tenemos que sí. La reforma es costosa y nuestros presupuestos están menguados".


El objetivo es llevar a cabo cinco exposiciones al año que seguirán promocionando nuevos valores. Este número supone una reducción respecto a las siete u ocho que se venía organizando en la Barbasán. Como contrapartida, Antonio Abad se mostró convencido de que su ubicación en "un centro de actividad febril en el que se mezcla lo social y lo cultural" se traducirá en "un incremento considerable del número de visitantes".


"Eclecticismo" y "sinceridad"


‘Mudanza’, que permanecerá abierta hasta el 31 de enero, es, según Abad, "un hito en el camino del apoyo al arte joven", que ha logrado reunir a una "cierta generación" de artistas que no están unidos por su juventud sino por el concepto de "cierta madurez artística".


El espectador no tiene que buscar un discurso expositivo al uso. El montaje responde a la "mirada estética" de sus organizadores. "Es un aluvión diversísimo de piezas diferentes", resumió el director del Servicio Cultural de la Fundación Caja Inmaculada.


Por su parte, el periodista especializado en arte Luis García Bandrés resaltó que cada uno de los autores propone cosas diferentes, ya que "ahora es un momento de gran eclecticismo y en el conjunto de estas propuestas se puede ver su sinceridad".


De los 40 artistas participantes, 25 son hombres y 15 mujeres. La mayoría de las obras son pinturas, y hay fotografías como las de Gloria García, Sergio Sanz y Héctor Puértolas, además de las esculturas en miniatura de Javier Alonso Márquez que recuerdan a las figuras estilizadas de Giacometti.


A lo largo del recorrido por las dos salas, el espectador se va a encontrar con cuadros, entre otros, de José Moñú (‘La mujer pájaro’, un acrílico sobre regalo de boda), Juan Zurita ‘(‘SP 2.1’), Paco Lafarga (‘Mujeres en el Huerva’), Kumiko Fujimura (‘Movimiento’) y Eugenia Ruiz (‘Recogiendo’).

‘Mudanzas’ se puede visitar hasta finales de mes de lunes a viernes, de 18.00 a 21.00, y los sábados, de 11.00 a 13.30 y de 18.00 a 21.00.


Con la mirada puesta en el futuro


Uno de los primeros cuadros que se pueden contemplar es ‘Conexión’, del zaragozano Georges Ward, que en 2010 expuso en la sala Barbasán y en 2013 en la Luzán (también de la CAI). Ward, que estuvo presente en la presentación, ha elegido para esta ocasión una avispa originaria de Suiza que apena mide tres milímetros y que él convierte en un ser casi monstruoso, a medio camino entre el hiperrealismo natural y la "ficción" que le proporcionan sus patas en forma de hojas. Su fusión con el entorno que le rodea aparece "en el que pequeño rayo que sale de la nuca".


En la escenificación de este traslado al Joaquín Roncal también se quiso mirar hacia el futuro con la presencia de Pilar Álvarez, quien será protagonista en junio. Está en plena fase de creación, pero ya adelantó que presentará sus óleos figurativos y coloristas, tanto paisajes como retratos, para los que ella fabrica sus propias pinturas. Pilar Álvarez es discípula de uno de los autores presentes en ‘Mudanza’, Eduardo Lozano, del que se puede ver ‘Barcas’, con sus pinceladas sueltas y su carga matérica.