Oportunidad perdida

El CAI ofrece en Andorra su peor versión y desaprovecha una gran ocasión para haberse distanciado de sus rivales directos

Rasko Katic lanza a canasta en el partido de ayer.
Oportunidad perdida
Guillem Lluch/efe

El CAI desperdició en Andorra una oportunidad muy favorable. En caso de haberse adjudicado la victoria, hubiera dado un importante paso adelante en sus aspiraciones de acceder a la Copa del Rey, después de los tropiezos del Valencia Basket en San Sebastián y del Ucam Murcia en Manresa; pero el cuadro aragonés se desangró con una facilidad sorprendente, sobre todo en la primera mitad, y exhibió su perfil más vulnerable en todos los órdenes del juego. El resultado fue una derrota tan merecida como concluyente (72-59).


El conjunto aragonés fue un bloque dócil, apocado, durante todo el primer periodo. Comenzó el partido con numerosas dudas. Sin las pausas preceptivas, ofreció en el inicio un concierto de errores e imprecisiones, se prodigó en las pérdidas de balón y dio numerosas concesiones a su oponente. A los cinco minutos de juego, el Andorra ya había facturado 13 puntos sin apenas oposición, favorecido por la permisiva defensa de los zaragozanos, que por entonces no habían cometido ni una sola falta personal. En ataque, únicamente Llompart y Landry habían conseguido derribar la zona 2-3 propuesta por su adversario (13-4). Ruiz Lorente gastó el primer tiempo muerto, consciente de que el partido se le escapaba de las manos; pero su equipo siguió sin reaccionar.


Con un juego intermitente, plano y previsible, el conjunto aragonés no halló situaciones ventajosas para lanzar. Sin productividad en ataque, y con una defensa muy quebradiza, el CAI se descompuso con una rapidez asombrosa. David Navarro, desde el triple, y dos canastas consecutivas de Trías ampliaron aún más la ventaja local, aunque Jelovac dio vida a los zaragozanos con un lanzamientos exterior (22-10).


En el segundo acto, el CAI acentuó sus defectos. Yel Andorra, muy seguro de sí mismo, volvió a jugar con mayor oficio y convicción. Los puntos Trías y la insistencia de Navarro castigaron la patía del cuadro aragonés y establecieron, al cuarto de hora, la máxima ventaja del partido (31-15). Aun con todo, el equipo de Ruiz Lorente supo agarrarase nuevamente al choque, justo al cierre del segundo acto, gracias al acierto de Landry y Robinson (33-23). Por entonces, el CAI seguía exhibiendo una importante desatino en sus lanzamientos, con apenas un 30% en tiros de 2 y un 12% en triples; pero, al menos, parecía había fortalecido su sistema de contención.

Intento de reacción

Tras la reanudación, el conjunto aragonés elevó sus prestaciones, sobre todo en sus acciones ofensivas, y comenzó a recortar distancias en el marcador. Se manejó con mayor criterio, buscando con insistencia la pintura, y Katic respondió con tres canastas prácticamente consecutivas ante el poderoso Jawai. A los 23 minutos, Goulding anotó el segundo triple visitante, una acción que repitió Jelovac poco después. El CAI, por fin, empezaba a facturar puntos con su habitual solvencia, en gran medida por las buenas lecturas de juego de Pedro Llompart; y, al mismo tiempo, se empleaba con mayor firmeza atrás, anulando cada una de las acometidas locales.


Dos nuevos lanzamientos de Goulding, ambos desde la línea de 6.75, redujeron la distancia a la mínima expresión (46-45) al filo de la media hora. El equipo aragonés volvía a creer en el triunfo. Sin embargo, el CAI protagonizó un final de cuarto infausto y permitió que su rival recuperara nuevamente el pulso. Seis puntos seguidos de Biviá y una canasta de Bogris dieron oxígeno a los andorranos (56-47).


En la recta final, el cuadro de Ruiz Lorente no alcanzó la altura requerida. Y el Andorra no desaprovechó la ocasión para aumentar su ventaja. Un nuevo triple de Goulding rescató momentáneamente al CAI en los momentos más comprometidos (58-50), aunque Lisch, en la acción posterior, desperdició dos tiros libres para haber acercado aún más a los zaragozanos. Apartir de ahí, el equipo aragonés volvió a ofrecer su peor versión.


Dos pérdidas de balón consecutivas, además de una defensa excesivamente frágil, reactivaron nuevamente al conjunto local. Bethinho Gómez, con un lanzamiento muy liberado, azotó entonces desde el triple y obligó a Ruiz Lorente a detener el encuentro (65-52). Con numerosos problemas para atacar en estático, y con una defensa inconsistente, el CAI ya no tuvo respuestas. Yel Andorra caminó hacia el triunfo sin demasiados obstáculos.