Solidaridad y apoyo, lo que 'Víctima' despierta en los zaragozanos

Los ciudadanos consideran acertada la instalación de esta escultura, aunque algunos critican su complejidad.

Homenaje a las víctimas de violencia de género
Homenaje a las víctimas de violencia de género
Oliver Duch

Será por su color oxidado, por su singular forma o simplemente, por todo lo que 'Víctima' evoca, pero lo cierto es que la escultura instalada este jueves en el centro de la plaza César Augusto contra la violencia machista ha conseguido despertar en muchos de los zaragozanos que por ella han pasado un sentimiento de apoyo y de solidaridad.  

"Todo lo que se haga en este sentido no es que sea necesario, es que resulta fundamental", comenta Blanca de Salas. A escasos metros, una observadora Aurora Alonso se muestra identificada con un grave problema social que "nos incumbe a todos".

"No fui maltratada porque tuve valor para separarme; si no, no sé qué hubiera pasado", reflexiona en voz alta, mientras frunce el ceño en un intento por leer el texto de la placa situada a los pies de la figura.

En ese momento –en torno a las 15.30- eran varios los curiosos que a ella se asomaban para enterarse del mensaje, donde el Ayuntamiento afirma su compromiso para acabar con el machismo y reconoce el "coraje de las que se enfrentan al miedo para alzar su voz y empoderarse"; unas frases que parecen contar con la aprobación de los presentes.

"Leerlas me hace sentir orgullosa de mi ciudad; me permiten pensar que, de verdad, Zaragoza apoya a todas aquellas mujeres que se encuentran en esta situación", dice Andrea Buj, al tiempo que anota la conveniencia de traducir el mensaje al inglés. "Quizá lo pondría en ese idioma porque vivo muy cerca de aquí y sé que por esta plaza pasan más turistas que otra cosa", apostilla.

La necesidad de visibilizar el calvario de las mujeres que padecen esta situación y el recuerdo a las que han sido asesinadas –solo el año pasado, 44 en España- también lleva a algunos a considerar escasa esta actuación. "Me parece perfecto que se instale aquí una escultura, pero creo que donde se debería apostar con más fuerza para erradicar esta violencia es en las escuelas", afirma Juan Jesús Alegre.

Otros se mostraban más críticos con los aspectos artísticos de la obra. "No me gusta nada este color tan triste y apagado, yo la pintaría otra vez", comenta María José Lahoz. Su compañera, María Picos, va en la misma línea y añade que la ubicación de la figura no es la más adecuada.

"En este punto concreto no pasa mucha gente, y una escultura con este significado debería ponerse en un lugar mucho más transitado, como la plaza de España o la plaza de Aragón", mantiene, y resalta la dificultad que la comprensión de la figura implica. "Tienes que acercarte para descubrir que se trata de una mujer que llora agachada", dice.

En efecto, se trata de una mujer arrodillada con la que el autor –Clavo Sanz- trata de mostrar la situación por la que atraviesa una víctima de este tipo de violencia, con la cabeza agachada para ocultar su rostro marcado por las heridas, tanto físicas como psíquicas, y con los mechones de cabello lacio que caen pesados como si estuviera mojado.

El jurado eligió esta propuesta de entre las 20 presentadas al valorar especialmente que adaptara "la relación y proporcionalidad de sus características y dimensiones con las del entorno en el que se ubica", y ha destinado 18.000 euros para sufragar los gastos de material, realización e instalación de la obra.  

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