EL MUNDIAL, EN PRIMERA PERSONA

"Villa me consiguió la primera entrada"

David Cebollada ha vivido el campeonato en Sudáfrica con poco dinero, pero mucha ilusión.

David Cebollada, con la indispensable vuvuzela y la bandera sudafricana
"Villa me consiguió la primera entrada"
L. S.

El sueño de David Cebollada era ir a un Mundial a animar a la selección. Ayer regresó a Zaragoza con ese sueño cumplido, una experiencia inolvidable y miles de anécdotas que contar. Hace un mes, David partía rumbo a Sudáfrica, con billete de vuelta para el día 12, después de la final. "Sabía que España iba a llegar hasta el último partido, tenía muy claro que mi viaje iba a durar todo el Mundial", asegura.


Además de una fe ciega en la selección, a este zaragozano de 36 años le ha acompañado la fortuna. "He tenido mucha suerte, pero también tienes que buscarla", dice, y él la buscó con las mejores armas: simpatía, ilusión y algo de descaro.

"Fui a Sudáfrica sin entradas para ningún partido, y he conseguido ver todos los de la selección", afirma. Pero, ¿cómo lo ha conseguido? "Las entradas para el España-Suiza las conseguí gracias a David Villa. Después de un entrenamiento, cuando los jugadores estaban subiendo al autobús, di unos golpecitos en el cristal de Villa y le pedí que me consiguiera una entrada. Y me la consiguió". El ex zaragocista le echó una mano, y Manolo el del Bombo también hizo lo propio en el partido contra Honduras. Las entradas para el resto de encuentros las pagó de su bolsillo, no sin dificultades: "El día de la final, a las dos de la tarde, estábamos sin entradas", recuerda.

Fútbol y algo más


Además del recuerdo de los partidos, David ha vuelto con una experiencia que no esperaba encontrar y que le ha resultado muy enriquecedora. "Nada más llegar a Johannesburgo, conocí a unos chicos de Ibiza de la fundación Football Smiles. Con ellos visité varios orfanatos, repartiendo balones para los niños...", y al recordarlo aún se emociona y tiene que respirar hondo. "Ha sido lo mejor de toda esta aventura, ver a esos chavales entusiasmados con los balones que les llevamos", dice, mientras mira como otro chaval, su hijo de 5 años, juega con el Jabulani que le ha traído de recuerdo.


La lista de buenos momentos también incluye, por supuesto, el partido de la final. David afirma que si tuviera que elegir una imagen de todas las que han pasado por su retina, sería la de Iker Casillas levantando la Copa del Mundo: "Me puse a llorar como un niño, fue un momento increíble".


Durante este mes, David también ha vivido momentos de angustia: "Lo peor ha sido la incertidumbre, el no saber dónde iba a dormir esa noche o si iba a conseguir entradas para el siguiente partido". Uno de los momentos más duros tuvo lugar en el debut de la selección, cuando perdió contra Suiza: "Sentí una impotencia terrible cuando perdimos, sobre todo después de haberme ido hasta Sudáfrica para ver a España, pero hubiera sido mucho peor perder el último partido".


A pesar de esos malos momentos, asegura que la experiencia ha sido fantástica y ya está pensando en repetirla: "Para el próximo Mundial, que será en el 2014 en Brasil, mis amigos quieren ir con las entradas ya compradas y los hoteles reservados, y les voy a decir que de eso nada".