COOPERACIÓN

Una misión con medalla de oro

El embajador español en Mozambique, cuyo anterior destino fue la Expo 2008, ha premiado la labor de una religiosa zaragozana en el país africano.

Carmen Acín, con el embajador español detrás, y junto a una mozambiqueña, el día que fue premiada.
Una misión con medalla de oro

No pretende ser famosa. Pero, al menos en Mozambique, donde ha vivido 26 años, lo es. Se ha movido de un lado a otro, comprometiéndose con cada causa que llamaba su atención. Una carrera de fondo que le valió, hace unos meses, la Cruz de Oficial de la Orden de Isabel La Católica. Y entregada por el embajador español Eduardo López Busquets, alguien muy vinculado a su Zaragoza natal porque su anterior destino estuvo en la Expo. "No lo esperaba, pero espero que me abra puertas... y corazones", desea.


Su corazón, desde luego, está abierto para ayudar al que lo necesita. Y no desfallece en el empeño. "Se nota que soy baturrica, porque soy cabezota", reconoce. Cuando llegó a África, a mediados de los 60, la hermana Carmen Acín batalló por dar más relevancia a la mujer en un país que aún era una colonia portuguesa. Veinte años después de marcharse, en 1990, volvió para quedarse. Mozambique ya se había independizado, pero los problemas continuaban. "He cogido las dos guerras: contra los portugueses y la civil. En el segundo periodo en el país, me pilló la contienda, y me ofrecí a colaborar en la Comisión de Justicia y Paz, para promover los derechos humanos, algo que los defensores del pueblo ni conocían", recuerda.


Hoy, aquellos tiempos pasaron. "Ahora, tenemos paz, aunque hay muchas injusticias y cosas raras. La democracia es algo que cuesta consolidar", informa. Tanto, que Carmen se enroló en una nueva aventura: participar en el Observatorio Electoral para garantizar unos comicios libres. Y, en las elecciones de octubre de 2009, por si tuviera pocas labores, comenzó a luchar para evitar pucherazos. La jornada electoral le depararía una sorpresa: en un colegio se topó con el embajador español en Mozambique, Eduardo López Busquets, que llevaba poco tiempo en el cargo porque acababa de llegar de Zaragoza, donde había ejercido como comisario adjunto de la Expo. "Yo acompañaba a unos senadores españoles que acudían como observadores internacionales. La conocí y se mostró muy colaboradora. La organización con la que trabaja tiene una gran importancia", recuerda Busquets. Ese primer encuentro entre los dos no sería el último. El embajador quiso interesarse por el día a día de la misionera mercedaria, en esos momentos, como ahora, totalmente volcada en una nueva misión: atender a los huérfanos que el sida ha dejado en el país. "Hay unos 400.000 y muchos mueren por desamparo", informa.


Manos a la obra de nuevo, Carmen y otras tres misioneras mercedarias lograron poner en pie un centro de acogida para 38 niñas. Pero cada día se le presentan nuevas necesidades. Lograron hacerse con un coche, gracias al paso de Carmen por 'Aragoneses por el mundo'. "Ya sabía que mi tierra no me fallaría", agradece. Ahora, quieren ampliar instalaciones para poder acoger a los niños de las madres que tienen que irse a trabajar y no pueden dejarlos solos. De vacaciones en Zaragoza, hace unas semanas, logró recaudar 10.000 euros.. pero aún les faltan muchos más. Eduardo López confía en que la distinción que le otorgó le sirva para lograr sus fines. "Fue una condecoración a la persona, por lo realizado y por lo que le queda. Además, ella es como un símbolo de los españoles en este país, donde la cooperación es muy fuerte", cuenta. "Es que el que viene a África vuelve. Es un clamor interior que sientes", justifica Carmen.