MEDIO AMBIENTE

Un pez antártico hiberna para poder sobrevivir

El Notothenia coriiceps, una especie de bacalao, se envuelve en hielo durante seis meses para resistir el invierno.

Un pez antártico adopta una estrategia de supervivencia similar a la hibernación, revelaron científicos británicos en un estudio divulgado ayer por "PLoS One", la revista en Internet de la Biblioteca Pública de Ciencias de Estados Unidos.


Según los investigadores del Instituto Antártico Británico y de la Universidad de Birmingham, el pez Notothenia coriiceps, una especie de bacalao, virtualmente "se envuelve en hielo" para sobrevivir durante el largo invierno del extremo austral del planeta.


Energía al ralentí


El estudio señala que los peces activan un "interruptor" estratégico que minimiza el costo energético durante el invierno después de un verano de intensa alimentación y crecimiento. Así, adopta una estrategia similar a animales terrestres como el oso polar. La novedad es que se desconocía que hubiera peces que siguieran la misma táctica.


"Lo interesante de este bacalao antártico es que su ritmo metabólico se reduce en invierno aun cuando la bajada de la temperatura marina no es tan grande", señaló Hamish Campbell, científico de la Universidad de Queensland (Australia).


Según Campbell, es probable que este proceso de hibernación sea propiciado por los cambios estacionales de la luz en una región donde el sol brilla durante seis meses seguidos y le siguen otros tantos largos meses de total oscuridad invernal.


Keiron Fraser, científico de la Universidad de Birmingham, afirma que esta es la primera vez que se tiene una visión de la forma en que viven esos peces en invierno.


Por primera vez en la Antártida se han utilizado técnicas modernas para seguir a esos peces y medir su ritmo metabólico y determinar con ello la forma en que afrontan el invierno en aguas congeladoras y en la oscuridad casi total, manifestó.


Como otros animales que aplican la hibernación para pasar el invierno, como los osos, esos peces acumulan energía durante el verano y en invierno pasan a un estado en que la necesidad energética es mínima.


Fraser reconoce que su estudio no ha logrado dilucidar un interrogante básico: ¿por qué estos peces dejan de comer en invierno cuando disponen de mucho alimento a su alrededor?