CON NOMBRE PROPIO

Triste viaje de regreso a Nicaragua

Pedro Urbina llego desde Nicaragua a Zaragoza para reunirse con su esposa. Tras la muerte de su esposa, hoy emprende un amargo retorno.

Pedro Pascual Urbina Tinoco, horas antes de retornar a Nicaragua
Triste viaje de regreso a Nicaragua
JOSÉ MIGUEL MARCO

Pedro Pascual Urbina Tinoco emprende hoy un amargo retorno hacia Chinandega, su ciudad de origen, en Nicaragua. Este joven llegó a Zaragoza hace dos años para reunirse con su esposa y con la idea de obtener un empleo. Aurora del Socorro, su mujer, había conseguido previamente un trabajo en el servicio doméstico como interna cuidando a una anciana. Ambos planeaban reunir, con su esfuerzo, el dinero suficiente para mantener a sus tres hijos, que permanecían en Nicaragua.


Pedro seguía buscando trabajo y realizando cursos de formación hasta que el pasado 24 de junio una llamada telefónica truncó sus expectativas. Ese día recibió la llamada de su mujer pidiendo que le fuese a buscar al trabajo: “Me encuentro muy mal, ¡necesito ir al médico!”, le dijo Socorro.


Cuando llegó en su ayuda, su mujer yacía muerta en la cocina, sin que la persona mayor a su cargo se hubiera dado cuenta de lo sucedido. Socorro era también de Chinandega, al igual que su marido, y estaba embarazada de siete meses. Tristemente, el bebé también falleció a consecuencia del infarto sufrido.

Una situación complicada

En Nicaragua dejaron a sus tres hijos a cargo de la madre y dos hermanas de Pedro, que vivían con lo que los dos conseguían mandar desde España. Pese a no tener ‘papeles’, Socorro había trabajado en una empresa de limpieza que le dejó a deber 3.000 euros. Pedro, artesano ebanista en su país, estaba haciendo un curso de albañilería con la esperanza de conseguir una oferta laboral para regularizar su situación.


“Ya no tengo nada que hacer aquí, me voy”, dijo Pedro días después de fallecer su esposa. Pero no podía irse: no tenía dinero para regresar a su país ni para repatriar el cadáver de su esposa, que hasta ahora ha permanecido embalsamado en el Instituto Anatómico Forense de Zaragoza.

Apoyo en momentos difíciles


Ese pequeño instante en el que uno piensa que está solo es cuando se comprueba que hay mucha gente que está dispuesta a tender una mano, simplemente por ayudar a un semejante. Y así lo ha podido comprobar Pedro. Desde que su mujer falleció, hace dos semanas, los esfuerzos por regresar a su país junto a su esposa fueron su único pensamiento.


Tras varios días de trámites y gestiones ha conseguido cumplir su deseo. Gracias a la Iglesia Evangélica Betel en Aragón y a la Fundación Ozanam, Pedro pudo abrirse paso en este difícil momento. Ambas entidades habían colaborado con anterioridad dándole formación profesional y espiritual. Tras el fallecimiento de Socorro, no dudaron en prestarle todo su apoyo poniendo a su disposición todos los medios técnicos y humanos necesarios para conseguir su propósito.


Desde la Fundación Ozanam se hace hincapié en que a diario se topan con casos similares muy duros, dramas humanos de complicada solución. Sin embargo, este problema era de orden prioritario. Se están dando situaciones muy difíciles, apuntan desde la Fundación, que “son cada vez más frecuentes: muchas de las personas inmigrantes que vienen a España llegan a un punto en que no tienen recursos para volver a su país ni para quedarse”. Viven “en tierra de nadie”.

Una ayuda solidaria

Con la ayuda también de la Iglesia Evangélica Betel en Aragón, Pedro Urbina podrá regresar hoy a Nicaragua, adonde llegará también mañana el féretro de Socorro. Gracias a los donativos promovidos por esta comunidad evangélica se ha conseguido cubrir los gastos iniciales de la repatriación. Además, desde Betel se han podido avalar el coste de la funeraria. En total, son unos 9.000 euros.


Los esfuerzos por ayudar a este nicaragüense se hicieron siempre de forma desinteresada, algo que Pedro aprecia mucho, y entre los recovecos de su duelo relata convencido que significa “una alegría en un momento tan triste”. “Este suceso ha servido para orientar a la comunidad evangélica y prevenir situaciones de este tipo”, comenta José María Romo, pastor de la Iglesia Evangélica Betel. “Tuvimos que actuar de manera rápida y tomar una determinación”, afirma el pastor.


El pasado sábado se celebró un memorial en honor de Socorro, cuyos restos serán trasladados el próximo sábado desde Managua, la capital nicaragüense, hasta la ciudad de Chinandega.

El cúmulo de gestiones y trámites ha sido una prioridad para todas las asociaciones, entidades y personas implicadas, que han asumido como una responsabilidad propia que Pedro y Socorro vuelven a casa con sus hijos. Desde Betel se han comprometido, además, a destinar una pensión durante un año para Pedro, bajo la supervisión de la comunidad evangelica de Chinandega. Y es que este desafortunado inmigrante ha sembrado un camino que no olvidarán aquellos que le conocieron.